Rubén J. Lapetra (Finect)
Clonadas de los REITs (Real Estate Investment Trust) anglosajones, vehículos de inversión inmobiliaria nacidos en los años 60, las Socimis se crearon bajo la 'reforma Guindos' hace seis años y desde entonces no han dejado de crecer. No lo harán, ya que los expertos creen que se multiplicarán en número como ha ocurrido en otros países como Francia o Reino Unido. En España, de momento, su número se ha duplicado en 18 meses.
¿En qué consisten una Socimi y en qué se diferencia de un fondo de inversión o una promotora inmobiliaria? Su principal diferencia respecto a las compañías tradicionales del ladrillo es el privilegio de evitar el Impuesto de Sociedades (IS) siempre que cumplan dos obligaciones: repartir dividendos con sus beneficios y comprar edificios, viviendas y otros activos para alquilarlos. No pueden promover desarrollos urbanísticos, pero sí alquilar.
Su aparición ha protagonizado -junto a los bajos tipos de interés en Europa- la resurrección del sector inmobiliario en España, medio muerto por la doble crisis internacional y doméstica que vivió entre 2007 y 2008. En plena burbuja del ladrillo llegó el colapso del crédito al cual le siguió una profunda depresión de la actividad y una ola de quiebras en el sector inmobiliario en España. Desde 2015, los precios de la vivienda se recuperan visiblemente.
Pero con las Socimis volvió la inversión, sobre todo, extranjera. Los grandes fondos internacionales han canalizado a través de estos vehículos el regreso de sus inversiones hasta el punto de convertirlos en los nuevos reyes del ladrillo. Las cerca de 60 Socimis que cotizan en la bolsa española suman una capitalización bursátil de 24.000 millones de euros, más que empresas históricas como Endesa o Caixabank. 23 de ellas superan los 100 millones de tamaño en bolsa. Han dado liquidez al ladrillo y se han convertido en el mejor ejemplo de compradores de propiedades para alquilar. Con esta herramienta de Invertia y Finect puedes hacer tus propios cálculos como inversor en vivienda.