La inflación repuntó en Turquía al 15,4% interanual en junio. No estaba tan alta desde hace 14 años. Pero ni por esas el Banco Central de la República de Turquía ha subido los tipos de interés en la reunión mantenida este martes.
Dada esa presión de los precios, se daba por hecho que el banco central turco reaccionaría. Pero no. No ha encarecido el precio del dinero, que sigue así en el 17,75%, una decisión que compromete más su independencia y que asienta la sensación de que el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, que había criticado las recientes subidas de los tipos de la entidad, gobierna ya de 'facto' la política monetaria del país.
La decisión provoca un considerable impacto en la lira turca, que vuelve a caer con fuerza. La divisa turca se deprecia un 3,6% contra el dólar estadounidense, hasta las 4,91 liras. Contra el euro también pierde más de un 3% de su valor, hasta las 5,73 liras.
Las caídas de este martes prolongan las que la lira viene sufriendo en el conjunto del año. Hasta la fecha, se deprecia un 20% contra el euro y otro 23% contra el dólar en 2018.
En estas circunstancias, y tras la controvertida decisión del banco central de no subir los tipos, la incertidumbre se apodera de la divisa turca y de la gestión de la política monetaria en Turquía. "Invertir en lira turca es un consejo que sólo Erdogan es lo suficientemente valiente de dar", expresan con rotundidad los expertos de Monex Europe.
Los descensos de la lira están siendo un lastre para BBVA, presente en Turquía a través de Garanti Bank, por el impacto que la depreciación de la moneda tiene en sus cuentas. De hecho, este asunto ocupará un lugar destacado en los resultados que la entidad presidida por Francisco González presentará este viernes.