En concreto, España ha recabado 4.504,09 millones de euros en la subasta, después de que los inversores demandaran más de 7.356 millones de euros, y el grueso, 1.741,40 millones, lo ha conseguido con un bono a tres años.
Esos títulos a tres años los ha colocado a un interés marginal del -0,132%, más negativo aún que el -0,089% de la última puja a este plazo celebrada a principios de julio, lo que significa que cada vez los inversores recibirán menos dinero al adquirir esta deuda, gracias a que la demanda superó los 2.781 millones de euros.
Sin embargo, casi el 35% de la deuda vendida este jueves, 1.568,15 millones, se ha conseguido con una emisión a 10 años con un interés del 1,439%, prácticamente la misma rentabilidad que exigían los inversores a esa hora en el mercado secundario en el que se negocian los títulos anteriormente emitidos.
El interés ofrecido en este caso, el 1,439%, es casi un 9% superior a la rentabilidad del 1,321 % de la última puja al mismo plazo, lo que encarece la financiación del Estado y del resto de la economía española, a pesar de que la demanda llegó a 2.358 millones.
A continuación, con la emisión de un bono a cinco años, el Tesoro ha recabado 655,52 millones más, gracias a que los inversores estaban dispuestos a comprar 2.215 millones, con un interés marginal del 0,379%, también más alto que el 0,337% previo.
La subasta incluía también obligaciones a 15 años ligadas a la evolución de la inflación, que han permitido captar 539,02 millones, de los más de 1.159 millones solicitados, con un cupón del 0,250%, frente al 0,326% anterior.