En un comunicado remitido hoy, ATA apunta que el pasado año solo un 0,96 % de los autónomos se dio de baja, frente al 1,95% de los trabajadores asalariados, aunque su duración fue mucho mayor, 92 días frente a 39.
Para la asociación, esto significa que "los autónomos sólo se dan de baja cuando la enfermedad requiere cesar completamente su actividad y saben que van a estar largo tiempo enfermos", por lo que reclama adecuar en cada periodo la base de cotización el máximo posible.
La mayor incidencia de procesos de incapacidad temporal entre autónomos en 2017 se dio en Navarra (1,46%), seguida de Murcia (1,16%), en ambos casos por debajo de las anotadas por los trabajadores asalariados, del 3,38 % y el 1,7%, respectivamente.
En cambio, la menor incidencia de bajas de enfermedad en autónomos se registró en Baleares (0,62%), Canarias (0,75%) y Madrid (0,76%), también por debajo de los asalariados: 2,08%, 2,05% y 2,15%, respectivamente.
Las bajas más largas correspondieron a los autónomos de Extremadura y Galicia, que superaron los 114 días de media, mientras que los navarros no llegaron a los 60 días.