La inflación subyacente, que excluye los precios de la energía y alimentos por su volatilidad, se situó también en el 0,2% en julio, mientras que comparado con julio del año pasado registró un incremento del 2,4%, el mayor desde septiembre de 2008. La cifra divulgada por el Departamento de Trabajo coincide con la que habían anticipado los analistas.
El aumento de precios viene impulsado principalmente por los sectores de vivienda (0,3%), comida (0,1%) y automóviles (0,3%), aunque se vio frenado por el descenso en los costes de la gasolina, que bajaron un 0,6%.
De hecho, el Gobierno atribuyó el 60% de la subida del IPC en julio al incremento de los precios de la vivienda.
En general, la tendencia alcista de los precios continúa en EEUU, lo que servirá de argumento para que la Reserva Federal (Fed) siga con su estrategia de elevar los tipos de interés de manera "gradual" en lo que resta de 2018.
La Fed subió en junio los tipos al rango de entre el 1,75% y el 2%, después de elevarlos en marzo, y se prevé que lleve a cabo al menos dos subidas adicionales en lo que resta del año, dada la solidez de la economía estadounidense, con una tasa de desempleo que cerró julio en el 3,9%.
Así, las condiciones económicas apuntan a que el banco central estadounidense aumentará los tipos de interés en su próxima reunión del 25 y 26 de septiembre.