La metáfora del cisne negro se emplea para definir eventos inesperados que pueden tener un fuerte impacto en el mercado. Y la virulencia con la que la crisis de la lira turca atacó el viernes al mercado puede convertir al país en esa sorpresa negativa que complique la vida de los inversores más de lo esperado. A pesar de que el mercado seguía muy de cerca la evolución política en Turquía, este viernes el miedo corrió como la pólvora desatando una venta de activos de riesgo que afectó, primero, a las divisas emergentes. Y después, a la renta variable global, con especial castigo para las entidades más expuestas a un país que ha visto cómo la Administarción Trump vuelve a doblar los aranceles al mismo tiempo que su presidente,  Recep Tayyip Erdogan, hablaba a sus ciudadanos del inicio de una ¿guerra económica¿.

Aneeka Gupta, analista de WisdomTree, cree que este esperado discurso de Erdogan sobre el nuevo modelo económico para Turquía ¿terminó el viernes causando más daños en los mercados que la pretendida ayudad que iba a dar¿. A su juicio, sus palabras sobre la ¿guerra económica¿ carecieron de cualquier forma de compromiso con los mercados internacionales, ¿mostrándose decidido a no caer preso de los lobbies de los tipos de interés¿. Y es que el presidente turco no quiere ni oír hablar de una abrupta subida de tipos en el país, algo que recomiendan los expertos ante el temor a un sobrecalentamiento económico.

En sus palabras, Erdogan no anunció ningún tipo de medida política. ¿Cree que la crisis se puede resolver con medidas locales y el sacrificio de los ciudadanos¿, explican los expertos de Wisdom Tree, en referencia a las palabras del presidente indicando a los ciudadanos turcos que sacasen "todos sus dólares de la almohada¿ para cambiarlos por liras. ¿El mercado esperaba al menos un alza de los tipos de 300 puntos básicos, pero la ministra de Hacienda, Berat Albayrak, no cumplió con las expectativas¿.

CISNE NEGRO

Dicho y eso. Los inversores han visto en Turquía el `factor desestabilizador¿ que este mes de agosto parecía estar centrado en las tensión comerciales entre EEUU y China. El Ibex 35 fue uno de los índices europeos más afectados, por el peso de BBVA en el selectivo. El banco está bajo el foco del BCE; junto a otras entidades como BNP o Unicredit, por su elevada exposición l país.

La entidad sufrió un duro golpe en bolsa, con una caída superior al 5% que llevó su cotización a 5,64 euros por acción. Jorge López, analista de XTB, indica que la difícil situación en Turquía ataca a la cartera que posee en renta fija del país otomano, cuantificada en unos 8.600 millones de euros ¿e impactará de manera negativa en un 15 % de su beneficio global¿.

Esta semana la lira turca ha acumulado una caída superior al 30% en el año, lo que ha provocado que el valor en libros de Garanti, donde BBVA invirtió más de 7.000 millones de euros, sea casi dos veces el valor que la compañía tiene en su cotización en bolsa. ¿Los movimientos por parte de la compañía son prudentes y parece estar descontado una situación negativa dentro de Turquía, pero esta cuestión de incertidumbre podría normalizarse, una vez se tome un nuevo programa de actuación por parte del ministro de finanzas, sumado a la vigilancia exhaustiva que tiene el BCE en el impacto dentro del sector financiero parece tranquilizar la situación y desde el ente económico se habla que ya estaría reflejado dentro del balance¿, indican los analistas de XTB.

Desde UBS consideran que la solución para la tensa situación en el país otomano es la implantación de control de capitales o un rescate por parte del FMI. Los analistas de la firma recuerdan que el Banco Central del país se ha negado a subir los tipos desde el 17,75% actual, y que para estabilizar su moneda, el organismo monetario ¿debería elevarlos entre 350 y 400 puntos básicos¿, lo que llevaría la tasa a una horquilla de entre el 21,25% y el 21,75%.

El analista de Monex Europe, Bart Hordijk, se une a las voces más agresivas que consideran que el banco central debería subir los tipos en al menos 500 puntos básicos, hasta el 22,75% para demostrar compromiso con la moneda.

Sea como fuere, la crisis de la lira turca es total. Paul Greer, Gestor de fondos en Fidelity International, considera que la reacción de la moneda ha sido ¿comparable a la experiencia argentina del segundo trimestre de este año, cuya consecuencia fue un rescate del FMI por valor de 50.000 millones de dólares y un enorme alza de los tipos de interés¿.

PROBLEMAS

Pero la pregunta ahora es por qué está ocurriendo este último colapso. ¿Los desafíos macro de Turquía son numerosos y bien conocidos: una economía recalentada, una considerable necesidad de financiación externa, un déficit estructural por cuenta corriente desproporcionado, una inflación persistente de dos dígitos, bajas reservas netas de divisas y una gran deuda del sector privado¿, indica Greer.

El gestor de Fidelity considera que, en este escenario, la confianza de los inversores en el régimen del presidente Erdogan disminuyó durante el año pasado, pero los cambios clave en el gabinete realizados después de las elecciones del 24 de junio han sido particularmente perjudiciales para el sentimiento del mercado.

¿Las autoridades económicas del país parecen haber perdido el control de su moneda y la retórica en los últimos días ha mostrado una falta de responsabilidad en la gestión de la crisis¿, indica. Según explica, las expectativas de inflación general a corto plazo se están moviendo rápidamente hacia el 20%, ¿lo que pone de manifiesto cuán inadecuado es el tipo de interés del Banco Central del 17,75%¿.

SOLUCIONES

Desde Fidelity son todavía más agresivos en las posibles soluciones que barajan para el país, apostando por una subida agresiva de los tipos de interés por parte del Banco Central en el orden de los 1.000 puntos básicos que aplicó Argentina en mayo. ¿Posibilitaría que se frenase la economía, probablemente hacia una recesión, pero esto ayudaría a reducir la incesante demanda de importaciones y de ese modo aliviaría parte del problema del déficit por cuenta corriente¿, indican desde la firma.

Apuestan además por colocar tecnócratas pragmáticos en posiciones clave del gobierno capaces de implementar reformas estructurales, incluyendo medidas para alentar la expansión del sector manufacturero y exportador, diversificando el modelo de crecimiento del país lejos del consumo y la construcción.

¿También sería bienvenida cierta austeridad fiscal, especialmente dada la gran carga de la deuda externa del sector privado. Otras medidas útiles incluirían una reforma tributaria para ampliar la base de ingresos, impulsar la tasa de ahorro del país, un compromiso con una auténtica independencia del Banco Central y una mayor flexibilidad del mercado laboral¿, explican los analistas.

Y no solo eso. Aseguran que en los últimos años los inversores también se han preocupado por la "fuga de cerebros" de Turquía después de la represión del gobierno sobre el sistema educativo, el poder judicial y los medios de comunicación.

Buscar soluciones parece tarea más sencilla que aplicarlas. La clave, a juicio de los expertos, estará en es si existe la voluntad política interna del gobierno para adoptarlas.

- Turquía hunde la cotización de BBVA y el Ibex cae un 1,6% hasta los 9.602 puntos

- El euro baja a mínimos de 13 meses frente al dólar tras el desplome de la lira