Se trata del primer aumento de la inflación británica desde el pasado noviembre, debido, entre otros factores, al encarecimiento del transporte y del combustible, explicó el responsable de esta área de la ONS, Mike Hardie.
El experto también atribuyó la subida del IPC a "la volatilidad de los precios de los videojuegos" en julio, mientras que en ese periodo se abarataron las prendas de vestir, el calzado y "algunos servicios financieros".
"El mercado inmobiliario se desaceleró de nuevo en todo el Reino Unido y el precio de la vivienda en Londres registró su mayor caída anual desde septiembre de 2009, después de la crisis económica", señaló Hardie.
Con el comienzo de la vacaciones estivales, los consumidores experimentaron en julio un aumento del precio del transporte del 5,7% respecto al de ese mismo mes del año anterior.
Asimismo, los combustibles y lubricantes se han encarecido "considerablemente" durante ese periodo, con subidas de hasta el 26% desde enero de 2016, señaló el informe.
"El coste de los combustibles y lubricantes se ve impulsado, en gran medida, por los precios mundiales del petróleo, con algunos movimientos que también reflejan el impacto de los tipos de cambio", agregó la ONS.