"Turquía saldrá más fuerte de este periodo de volatilidad", declaró Albayrak, quien también es yerno del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, durante una conferencia con inversores, donde dijo comprender completamente los retos a nivel doméstico a los que se enfrenta el país bajo la actual "anomalía del mercado".
En este sentido, el ministro turco defendió la solidez del sector bancario turco, subrayando que no se ha detectado una salida de depósitos significativa de las entidades, añadiendo que el Gobierno "no dudará en prestar apoyo al sector bancario".
Asimismo, Albayrak destacó que Ankara llevará a cabo un programa coherente y creíble a medio plazo para controlar la inflación, con el objetivo de frenar la subida de los precios a menos del 10% "tan pronto como sea posible" para lo que adoptará la postura fiscal que el banco central considere oportuna.
En este sentido, destacó que Turquía no es un país excesivamente endeudado, a pesar de que la deuda se situó en el 137% del PIB en el primer trimestre, anunciando que se ha dado mandato a todos los ministerios para acometer un ambicioso programa de ahorro con el objetivo de mantener una trayectoria fiscal prudente, dando carácter prioritario a las reformas estructurales, incluyendo la flexibilización del mercado laboral.
"Estamos experimentando condiciones desfavorables, pero las superaremos", añadió el ministro, subrayando que el marco de actuación de Ankara estará basado en los principios del libre mercado, comprometiéndose a que no se aplicarán controles de capitales.
"Los controles de capital nunca estarán en nuestra agenda (...) Turquía nunca se ha desviado en tiempos de crisis de la práctica del mercado libre", declaró Albayrak, añadiendo que el Gobierno no tiene intención de solicitar asistencia al FMI.
En cuanto a las tensiones con EEUU, apuntó que el país sorteará este periodo de sanciones en colaboración con otros países, incluyendo Alemania o China.