En este periodo de apenas cuatro sesiones, las seis entidades cotizadas en el Ibex 35 se han dejado 12.270 millones de euros de capitalización bursátil, siendo BBVA y Santander las mayores damnificadas al perder 3.600 y 5.300 millones de euros respectivamente de valor. En porcentaje, las dos cotizadas se dejan un 9% y un 7% desde el cierre del 9 de agosto. Sabadell también se deja un 9% en el periodo, CaixaBank un 7% y Bankinter y Bankia en torno a un 5%.
Los inversores dudan especialmente de la entidad presidida por Francisco González, el banco con mayor exposición a Turquía al generar un 16% de sus beneficios allí a través de su participación en Garanti. La entidad entró en el país otomano con la compra de un 24,89% de Garanti Bank en marzo de 2011, una participación que elevó hasta el 49,85% actual. La inversión de BBVA en Garanti a junio de 2018 tenía un valor de 4.400 millones de euros.
De poco ha servido el intento de la entidad para frenar la sangría, al asegurar el martes, en declaraciones a Europa Press, que su modelo descentralizado impide que haya transferencia de liquidez o financiación cruzada entre filiales o a la matriz, con lo que no existe riesgo de contagiar al resto del grupo, insistiendo en que la depreciación de la lira del 10% tiene un impacto en el ratio de capital CET1 de solo 1 punto básico, a la vez que el beneficio neto esperado en 2018 en Turquía está cubierto aproximadamente al 50%.
Aun así, la exposición al país de la banca española preocupa a los inversores, pese a que agencias de calificación crediticia como Moodys también han asegurado que el monto total es escaso y perfectamente manejable, también para la banca italiana y la francesa.
La misma opinión manejan desde JP Morgan AM, indicando que ¿la exposición global de los bancos europeos a Turquía es bastante limitada¿. Las entidades españolas e italianas son las más expuestas al sistema financiero turco, con un 4,5% y un 2,1% de exposición total de su balance al país.¿Estas cifras son relativamente pequeñas y el resto del sistema bancario mundial tiene escasa exposición a Turquía. Así mismo, los bancos europeos se encuentran en una posición financiera mucho más sólida que la de hace algunos años¿, recuerdan desde la firma.
De hecho, los expertos explican que la ratio de capital Tier 1 de los bancos europeos han aumentado del 10% en 2012 a más del 15% en 2018, ¿lo que significa que estas entidades pueden afrontar los problemas financieros turcos¿. ¿Cabe afirmar que el riesgo de que un contagio de Turquía desestabilice a los mercados financieros en general por el canal bancario es bastante reducido¿, explican.
Los expertos reconocen que la situación del mercado otomano es muy compleja, con la lira depreciándose un 42% en el año frente al dólar, la renta variable local desplomándose un 19% y la TIR del bono a 10 años en dólares repuntando 309 puntos básicos hasta el 8,4%.
Sin embargo, los expertos llaman a la c alma al recordar que Turquía sólo representa el 0,6% del MSCI Emerging Markets Index, el índice que agrupa los mercados emergentes. ¿Los inversores deberían recordar que Turquía no es representativa del resto del universo emergente, donde, en términos agregados, los países presentan un déficit por cuenta corriente muy reducido del -0,1% del PIB, solo tienen un 8% de su deuda pública total en divisas y sus tasas de inflación cumplen los objetivos de los bancos centrales o se acercan bastante¿.
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