Los mercados siguen confiando en los títulos españoles, ya que la demanda conjunta de todos los bonos ha superado los 8.500 millones de euros, aunque ha sido inferior a la registrada en otras ocasiones, cuando es habitual que los inversores soliciten un importe que más que duplica lo finalmente adjudicado.
En concreto, el organismo público ha colocado 545 millones de euros en el bono indexado a la inflación de la zona euro, con unas peticiones que han superado los 1.600 millones. El interés marginal se ha colocado en el -1,285%, menos negativo que el -0,1551% de la subasta previa del 3 de mayo.
El Tesoro también ha captado en los mercados 1.907 millones en el bono a cinco años, frente a una demanda cercana a los 3.300 millones, y ha ofrecido una rentabilidad marginal del 0,420%, superior al 0,379% de la emisión previa del mismo tipo de papel del pasado 2 de agosto.
En la obligación a 10 años, el organismo dependiente del Ministerio de Economía ha colocado 1.587 millones de euros, tras recibir peticiones por 2.240 millones, y el tipo marginal se ha colocado 1.456%, también más elevado que el 1,439% de la subasta celebrada en agosto.
Por último, en las obligaciones a 30 años se han adjudicado 880 millones, frente a unas peticiones cercanas a los 1.400 millones, con una rentabilidad marginal del 2,601%, superior también al 2,243% que recibieron los inversores en la subasta de la misma referencia celebrada el 5 de abril.
Tras la subasta de hoy, el organismo público regresará a los mercados con tres subastas más en septiembre, dos de letras, los días 11 y 18, y otra más de bonos, que celebrará el día 20 de septiembre.