Al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, no le gustan las subidas de los tipos. Y no había dudado en criticarlas en los últimos meses, metiendo así toneladas de presión sobre el Banco Central de la República de Turquía (BCRT), que en su fuero interno sentía que debía elevarlos como torniquete a la sangría que estaba sufriendo la lira turca, pero que en su fuero externo sentía las amenazas de Erodgan.
En julio, la voluntad de Erodgan se impuso y la entidad no tocó los tipos. Pero en septiembre han decidido que había que pasar a la acción. Este jueves, el BCRT ha anunciado un incremento del tipo de interés de referencia a una semana del 17,75% al 24%.
La decisión da alas a la lira, que se aprecia un 4% contra el dólar, hasta las 6,127 liras. En lo que va de año, eso sí, la divisa turca acumula una depreciación del 38% contra el 'billete verde'.
A la entidad gobernada por Murat Çetinkaya no le ha quedado otro remedio que actuar tras el fuerte repunte de la inflación. En agosto escaló hasta una tasa interanual del 17,9%, la más alta desde 2003 y más del triple del objetivo marcado por la entidad en 2018, porque aspiraba a situarla en el 5%. "El Banco Central de la República de Turquía continuará usando todos los instrumentos disponibles para perseguir el objetivo de la estabilidad de los precios", ha asegurado la entidad en su comunicado.
Es la tercera vez que el banco central turco sube estos tipos en 2018, tras aumentarlos del 8 al 16,5% el 1 de junio y luego hasta el 17,75% el 8 de junio.