Al mercado nunca le basta con el presente, que ya es pasado. Lo que le interesa es el futuro. Y con esa mirada larga, la precisa para ir más allá, afrontará la cita que tiene este miércoles con la Reserva Federal (Fed), el banco central de EEUU. Lo de menos es casi que la entidad presidida por Jerome Powell -en la foto, de Reuters- vaya a saldar esta reunión de política monetaria con una nueva subida de los tipos de interés, la tercera de este año y la octava desde que comenzó a incrementarlos a finales de 2015, para llevarlos del 1,75-2% al 2-2,25%. Tampoco se centrará mucho en lo que quedará pendiente para este año, que no es otra cosa que un cuarto aumento del precio del dinero, el previsto para diciembre, con el que los tipos despedirán el año en el 2,25-2,5%. Para el juego de tiempos, de calendarios, en el que se desenvuelve el mercado, lo relevante será lo que la Fed tenga previsto hacer en 2019.
La entidad norteamericana da pistas sobre sus intenciones cada tres meses: en marzo, junio, septiembre y diciembre. Lo hace en un documento de proyecciones económicas que publica en paralelo al comunicado oficial en el que difunde sus decisiones. En ese documento, además de mostrar sus previsiones sobre el crecimiento, la inflación y el paro, añade un diagrama de puntos en el que cada uno de ellos representa a un miembro de la Fed.
En junio, esos puntos anticipaban tres incrementos adicionales en el conjunto de 2019 que impulsarían los tipos hasta el 3-3,25%. Más en detalle, un miembro de la Fed los situaba al final del próximo año en el 1,75-2%; otro, en el 2-2,25%; uno más, en el 2,5-2,75%; cuatro, en el 2,75-3%; cuatro más en el 3-3,25%; tres, en el 3,25-3,5%; y uno, en el 3,5-3,75%. Es decir, siete creían que despedirán el próximo ejercicio por debajo del 3% y ocho, por encima.
El pronóstico general sobre los tipos y el reparto de los puntos resultarán cruciales para que el mercado vaya incorporando la hoja de ruta de la Fed a sus valoraciones. Y para que muestre si comparte o no esas intenciones. Es decir, si se las cree. Este año es un buen ejemplo, porque 2018 comenzó con los puntos de la Fed anticipando tres repuntes¿ hasta que en junio hicieron ya hueco a un cuarto repunte, que es el que se espera para diciembre tras el que ejecutará este miércoles.
Junto a los puntos, los inversores vigilarán en el lenguaje. En especial, dos palabras: gradual y acomodaticio. Hasta la fecha, la Fed ha sostenido que las subidas de los tipos serán ¿graduales¿ y que pese a la secuencia de aumentos -siete desde 2015 a la espera del octavo que llegará este miércoles- la política monetaria continúa siendo ¿acomodaticia¿.
Cualquier cambio en estas palabras será entendido como una nueva estrategia por parte de la Fed. "Creemos probable que la Fed comunique que su política ya no es acomodaticia, bien porque revise lenguaje, bien porque simplemente elimine esa expresión del comunicado", prevén desde Bank of America-Merrill Lynch. Con este paso, la institución reconocería que los tipos ya se mueven en un nivel más neutral, y menos expansivo, tras el ciclo de incrementos iniciado en 2015.
TRUMP, CADA VEZ MÁS PRESENTE
Precisamente para intuir qué se `cuece¿ en el seno de la Fed, para el mercado también resultará relevante si el aumento esperado para esta cita se adopta por unanimidad o si, por el contrario, hay disensiones. Hasta la fecha, las cinco reuniones de política monetaria celebradas este año -una, la primera, presidida por Janet Yellen y las cuatro últimas por Powell- se han saldado con decisiones unánimes, incluidas las de marzo y junio, en las que la Fed elevó los intereses. El mercado vigilará si esta cohesión perdura o si asoman ya algunas fisuras.
Sobre todo, lo hará para detectar si las críticas del presidente de EEUU, Donald Trump, comienzan a hacer mella en la entidad. En los últimos meses, Trump no ha ocultado su malestar con las subidas de los tipos por parte de la Fed, puesto que en su opinión representa un riesgo para la recuperación y fortalecen todavía más al dólar. Y la sombra de Trump cada vez es más alargada sobre la Fed porque cada vez más gobernadores de la institución han sido propuestos por el republicano. Tres de los cuatro actuales -aún hay tres vacantes, porque deberían ser siete gobernadores- han sido designados por Trump: el presidente Powell, el nuevo presidente Richard Clarida, que se estrenará en esta cita, y Randal Quarles.
ATENTOS AL BALANCE
La reducción del balance de la Fed, puesta en marcha desde octubre de 2017, también tendrá protagonismo en el cónclave monetario de la entidad. ¿Es momento de que Powell comunique cuál será su política de reducción del balance para el próximo año¿, apunta Axel Botte, estratega de inversiones en Ostrum AM, compañía afiliada de Natixis IM.
Por el momento, y tras doce meses de adelgazamiento, el balance de la Fed, que viene de máximos históricos, ha menguado de 4,45 a 4,21 billones de dólares. Antes de la crisis, ni siquiera llegaba al billón.
NUEVAS PREVISIONES, NUEVAS TURBULENCIAS
Las nuevas previsiones de la Fed completarán sus intenciones sobre la normalización de la política monetaria en EEUU. En junio, la entidad pronosticaba un crecimiento del 2,8% en 2018, del 2,4% en 2019 y del 2% en 2020. En cuanto al paro, lo situaba en el 3,6% en 2018 y en el 3,5% en 2019 y 2020. Y la inflación, tomando la referencia preferida de la Fed, la concerniente a la medida subyacente del consumo privado, pasaría del 2% de 2018 al 2,1% de 2019 y 2020.
En las nuevas cifras que dé la institución, así como en el comunicado oficial y en la rueda de prensa que Powell ofrecerá desde las 20:30 horas, el mercado analizará si la Fed se siente preocupada por las turbulencias financieras sufridas en agosto por varios países emergentes como Argentina o Turquía.