Las acciones de los bancos italianos, cuyas grandes carteras de bonos les hace ser sensibles al riesgo político, sufrían presión de venta y caían un 4,5 por ciento mientras se vendían bonos soberanos y la atención se ponía en las agencias de rating.
El índice bursátil paneuropeo STOXX 600 descendía un 0,4 por ciento a las 0759 GMT, pero continuaba en el camino de llegar a una pequeña ganancia semanal, la tercera consecutiva. El índice italiano FTSE MIB caía un 2,4 por ciento mientras que el índice alemán DAX lo hacía en un 0,8 por ciento.
"El objetivo de déficit es más alto de lo que se esperaba y eso, sin duda, no es una buena señal. Ahora toda la atención se dirigirá a las agencias calificadoras, que esperaban que salieran los presupuestos para reconsiderar sus calificaciones", dijo Gilles Guibout, administrador de la cartera en AXA IM en París.
"Resulta difícil de imaginar que las bolsas italianas vayan a responder bien a esto", añadió.
El gobierno de Italia fijó el objetivo de déficit en el 2,4 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) para los próximos 3 años, un desafío para Bruselas y una victoria de los jefes de los partidos políticos sobre el ministro de Economía, Giovanni Tria, un tecnócrata sin afiliación a ningún partido. (Información de Danilo Masoni Editado por Jane Merriman/Keith Weir Traducido por Sabela Ojea Guix en la redacción de Madrid)