"Los recientes anuncios han generado preocupación sobre su curso presupuestario, preocupaciones que deben abordarse pronto", dijo el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, en la rueda de prensa posterior a la reunión de titulares económicos de la eurozona celebrada hoy en Luxemburgo.
Italia no estaba en la agenda del encuentro, pero la inquietud generada en los últimos días hizo que eclipsase al debate para reformar el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) que centró el programa oficial.
"Todos sabemos lo que está en juego. Todos estamos unidos por el euro y necesitamos políticas sólidas para protegerlo. Depende del Gobierno italiano demostrar que tiene un presupuesto sostenible y creíble", incidió el presidente del Eurogrupo.
La reunión de hoy fue la primera toma de contacto entre el ministro italiano de Economía, Giovanni Tria, y sus socios europeos después de que el Gobierno de Roma anunciase el jueves que elevará el déficit público al 2,4 % del PIB en el trienio de 2019 a 2021, muy por encima de los objetivos previstos por el anterior Ejecutivo (0,8 % en 2019 y 2020, y 0,2 % en 2021).
Tria dijo a su llegada al encuentro que trasmitiría un mensaje de "tranquilidad" a sus colegas, que a su vez entraron a la reunión señalando que siguen de cerca la situación y recordando a su Gobierno que debe cumplir las mismas normas de control del déficit y la deuda que el resto.
Con todo, el Eurogrupo entiende que las negociaciones en Italia continúan y que el país debe presentar un borrador de presupuesto completo para 2019 antes del 15 de octubre a la Comisión Europea.
Será entonces, con todas las cifras sobre la mesa, cuando esta haga su evaluación definitiva y los ministros vuelvan a abordar la cuestión, indicó el presidente del Eurogrupo.
Por su parte, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, avanzó a su llegada que, a falta del documento completo, las cifras anunciadas suponen una "desviación muy significativa" que no cumpliría con las normas europeas.
"El Gobierno en Italia sabe bien lo que significa (llevar el déficit al 2,4%). Espero que sea totalmente franco con el pueblo italiano en cuanto a las consecuencias de esas elecciones", dijo Moscovici, quien recordó que Italia tiene la segunda deuda más abultada de la Unión Europea (en torno al 130 % del PIB).
Pese a todo, insistió en que Bruselas evitará la confrontación con Roma e intentará "convencer" a las autoridades de que respeten los objetivos a medio plazo comprometidos.
La ministra de Economía española, Nadia Calviño, descartó que la situación en Italia pueda tener un "efecto contagio" en España, aunque señaló que siguen "con muchísima atención" la situación en el país y la evolución de los mercados.
Calviño también descartó que el caso italiano vaya a hacer que la Comisión sea "más dura" o "más laxa" con el Gobierno español al evaluar su borrador de presupuesto.
Por otro lado, el Eurogrupo debatió sobre el futuro del MEDE con la vista puesta en facilitar el acceso de los países a las líneas de crédito preventivas que puede conceder. El objetivo es que sean una primera línea de defensa ante crisis que evite que su economía se deteriore hasta el punto de tener que pedir un rescate total.
Esta financiación está pensada para Estados que, manteniendo una economía en general sólida, necesiten un empujón para financiarse en los mercados.
Sin embargo, hasta ahora ninguno las ha solicitado por la mala señal que transmiten a los inversores, que lo interpretan como signo de debilidad, y porque lleva aparejadas condiciones que pueden incluso obligar a hacer reformas estructurales.
El Eurogrupo trata de "asegurar que los países que necesitan ayuda la pedirán, sin miedo al estigma", pero garantizando "un nivel adecuado de condiciones" para obtenerla, explicó Centeno.
Para ello, intentan redefinir los criterios que deben cumplir para beneficiarse, que conciernen al nivel de deuda, la posición externa o la situación de la banca, entre otros factores.
El acuerdo "está al alcance", pero se necesita más trabajo, indicó el presidente del Eurogrupo.
Las decisiones no se esperan en todo caso hasta diciembre, cuando deben aprobarse todas las medidas para la reforma de la eurozona.