La Reserva Federal de EEUU se mantiene firme en su calendario de subidas de tipos. El Banco Central Europeo (BCE) no parece dispuesto a cambiar su guion a pesar de la crisis de Italia. Buena parte de los países emergentes han elevado el precio oficial de sus divisas. Estos son los ingredientes que han devuelto el apetito por los `bonos basura¿ a los paladares más exigentes del mercado.
La holandesa Robeco es una de las gestoras internacionales que mejor ha ejemplificado el cambio de criterio hacia unos papeles en los que hasta hace poco se consideraba que el riesgo de entrada era demasiado alto para la rentabilidad que aportaban. En su informe de estrategia quinquenal del año pasado, la firma no preveía que los `bonos basura¿ pudieran aportar más de un 0,25% de rentabilidad en los próximos cinco años. Ahora, espera que de aquí a 2023 puedan alcanzar el 1,5% anual. Nada menos que seis veces lo previsto hace un año.
Los gestores de Robeco consideran que, aunque estos bonos de alto rendimiento siguen ¿sobrevalorados¿ por cotizar a precios aún muy poco inferiores a los de grado de inversión, las expectativas a futuro son radicalmente distintas. Este cambio lo justifican en ¿la mejora de las perspectivas para la deuda pública global y, sobre todo, la estadounidense¿, cuyo bono a diez años ya renta un 3,22%.
Los cálculos de Bank of America - Merrill Lynch señalan que un 80% del mercado global en los bonos que ahora se prefiere llamar `high yield¿ está copado por emisiones en EEUU. Y, por extensión, denominadas en dólares. De ahí que la insistencia de la Fed en su plan de subida de tipos sea un factor indiscutible a la hora de valorar el potencial y el rumbo de estas emisiones de deuda.
A esta orilla del Atlántico, el cambio de tercio se deja sentir también, aunque con menor arrojo, pues el equipo de Mario Draghi sigue dispuesto a mantener tipos en mínimos históricos hasta después del próximo verano. El director de inversiones de UBS, Mark Haefele, anunció a finales de septiembre: ¿Cerramos nuestra posición infraponderada en el `high yield¿ en euros porque los diferenciales se han ampliado en 75 puntos básicos en lo que va del año, por lo que se limita el potencial de futuras caídas de precio¿.
En esta misma idea insistió en su último informe de asignación global de activos Fidelity. Todavía en plena tormenta de los emergentes, la gestora mostraba una visión neutral sobre el universo de los `bonos basura¿ no sin señalar que a pesar de la persistencia de ¿riesgos en esta clase de activo en general¿, todo apuntaba a que ¿la diferenciación entre regiones resultará importante en los próximos meses¿.
La divergencia de agenda entre la Fed y el BCE es el tema clave en la inversión en renta fija. Sin embargo, en estos bonos de mayor riesgo otros factores cobran una mayor relevancia que en los de mejor calificación, como son los casos de la incertidumbre política y el volumen de nuevas emisiones. Dos factores que, según Richard Turnill, director global de estrategia de BlackRock, ¿ha ampliado los diferenciales¿ entre papeles en Europa y ha resultado en la creación de ¿cierto valor¿ en el sector.
Las cifras que maneja BlackRock marcan una rentabilidad del 3,2% para los bonos estadounidenses de alto rendimiento, mientras que los de grado de inversión emitidos en la primera economía mundial han sufrido un deterioro del 1,2% en este tiempo. La rentabilidad media que ofrecen estos papeles son actualmente del 6,3% para los `bonos basura¿ frente al 4,1% de los de rating alto.
La diferente tendencia se repite en las previsiones a cinco años de Robeco, que estima que los `bunds¿ alemanes de referencia en Europa aportarán en este periodo una pérdida anual del 1,25% a las carteras con posiciones en estos papeles. No obstante, cuando hace un año se ponía en duda la determinación de la Fed para subir tipos y la del BCE para poner fin a su programa de compra de deuda se pronosticaba una pérdida anual del 2,5% para los papeles emitidos por Berlín.