Se trata del sexto aumento mensual consecutivo, y el segundo descenso en el ritmo interanual en lo que va de año.
La inflación subyacente, que excluye los precios de la energía y alimentos por su volatilidad, ascendió un 0,1% en septiembre, mientras que comparado con el mismo mes de 2017 registró un incremento del 2,2%.
Este alza vino impulsada por la subida de la vivienda, un 0,2% en septiembre y un 3,3% interanual, y la ropa, con un 0,9% el pasado mes.
Por su parte, los precios de la gasolina bajaron un 0,2%, aunque su tasa interanual sigue por encima del 9%.
Los salarios reales han crecido a un ritmo anual del 2,3% en septiembre, al igual que la evolución de los precios, manteniendo así el poder de compra de los trabajadores.
Tras conocerse el dato, Wall Street abrió con pérdidas y el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, descendió un 0,36% minutos después de la apertura.
La cifra divulgada por el Departamento de Trabajo está por debajo de las expectativas de los analistas, que esperaban que los precios subieran un 0,2%.
Sin embargo, la tendencia alcista general de los precios continúa en EEUU, lo que servirá de argumento para que la Reserva Federal (Fed) prosiga con su estrategia de elevar los tipos de interés de manera "gradual" en lo que resta de 2018.
La Fed o banco central subió en septiembre los tipos a entre el 2% y el 2,25%, después de aumentarlos en junio, y se prevé que lleve a cabo un incremento más en lo que resta del año, dada la solidez de la economía estadounidense, con una tasa de desempleo que cerró septiembre en el 3,7%.
El fuerte mercado laboral se suma al robusto ritmo de crecimiento, que se situó en una tasa anualizada del 4,2% en el segundo trimestre de 2018, para arrojar unas perspectivas sumamente positivas en la primera economía mundial.
Ese porcentaje es cercano a la promesa del presidente estadounidense, Donald Trump, de mantener un crecimiento económico sostenido del 4%, basado en su multimillonario estímulo fiscal, tras un enorme recorte de impuestos para las empresas y, en menor medida, para los trabajadores.
El banco central, dirigido por Jerome Powell, tiene un doble mandato de estabilidad de precios, con una meta anual de inflación del 2%, y promoción del pleno empleo.
Con estas condiciones, los analistas apuntan a que la Fed aumentará los tipos de interés en su última reunión del año, programada para el 18 y 19 de diciembre, en lo que será la cuarta subida en 2018.
Los tipos de interés han recuperado los niveles donde se encontraban antes del estallido de la crisis financiera de 2008.
No obstante, a pesar de la bonanza económica del país, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó anteayer las previsiones de crecimiento para EEUU en 2019 al 2,5%, una vez que se comiencen a ver los efectos de la guerra comercial con China y se vaya diluyendo el impulso del estímulo fiscal.
En septiembre, EEUU gravó importaciones chinas por valor de 250.000 millones de dólares, y ha advertido de su disposición a agregar aranceles a los 267.000 millones restantes de la balanza comercial bilateral, a lo que Pekín ha respondido con sanciones similares por 60.000 millones de dólares a productos estadounidenses.