Los planes de pensiones no terminan de despuntar en España. Ni las medidas para dotarles de algo más de liquidez ni sus ventajas fiscales consiguen convencer a los ahorradores. Sobre todo tras unos años de bonanza en los mercados que no han servido para mejorar la rentabilidad de estos productos que, hoy por hoy, sufren cuatro pesadas losas que les impide consolidarse como producto estrella del ahorro para la jubilación.

1. FISCALIDAD

El Ministerio de Hacienda ya ha dejado claro que no comparte la propuesta de Podemos para que las aportaciones a los planes de pensiones no permitan una reducción en la base imponible en la declaración de la renta a los 7,56 millones de cuentas de partícipes que, según datos de Inverco, existen en España. Actualmente, las aportaciones a los planes de pensiones durante el año se desgravan de la base imponible del IRPF hasta los 8.000 euros, o bien hasta el 30% de los rendimientos del trabajo en territorio común. Según cálculos de BBVA, por cada 1.000 euros aportados a un plan de pensiones se puede acceder a un ahorro de hasta 240 euros en la siguiente declaración de la renta, estableciendo para el ejemplo un tipo marginal de retención del IRPF del 24%.

Pero cuidado. La fiscalidad también puede ser una trampa en el momento del rescate del plan, pues el dinero que se ha generado se considera como rendimiento de trabajo, y los impuestos que hay que pagar se situan en el 19% hasta los 12.450 euros, en el 24% hasta los 20.200, en el 30% hasta los 35.200 euros, en el 37% hasta los 60.000 euros y en el 45% si es una cifra superior. Esto supone una desventaja respecto a los fondos de inversión, cuyos rendimientos tributan como rentas del capital, entre el 19% y el 23%, según la cantidad.

El partícipe debe tener en cuenta que hay distintas formas de rescatar el plan de pensiones. Si lo hace en forma de capital, cobrará todo de una vez, aumentando la base imponible del IRPF. Pero si lo hace en forma de renta, percibirá una cantidad de forma periódica y la prestación se integra en la totalidad como rendimientos del trabajo, sin que quepa derecho a reducción, según explican desde Bestinver.

2. LIQUIDEZ

Una de las tradicionales críticas a los planes de pensiones privados es la mínima posibilidad de `sacar¿ el dinero cuando el partícipe lo considere oportuno. Las ventanas para hacerlo se limitan a los supuestos de jubilación, fallecimiento o invalidez, aunque actualmente también se puede rescatar un plan de pensiones si el partícipe sufre una enfermedad grave o vive una situación de desempleo de larga duración.

Para enmendar esta situación, el Gobierno del Partido Popular incluyó en su última reforma sobre el sector la posibilidad de abrir ventanas de liquidez para las aportaciones de más de 10 años de antigüedad que se realizaran antes de enero de 2015. Es decir, en 2025 se abrirá la primera ventana para este supuesto.

3. RENTABILIDAD

La escasa rentabilidad de los planes de pensiones es uno de los factores que más pesa en el sector. En un estudio elaborado con datos de cierre de 2017, Morningstar dejaba en evidencia la evolución de estos productos que actualmente gestionan un total de 72.725 millones de euros en el mercado español.

La firma comparó la evolución de los planes de pensiones comercializados en España con los índices de sus respectivas categorías. Y los resultados son demoledores. En los planes de renta fija euro, sólo 11 de un total de 67 lograron aportar rentabilidad por encima del índice de referencia a tres años. A cinco años, el número se reduce a ocho (de un total de 58). A diez años, ningún plan de pensiones de esta categoría lograba batir al benchmark al mismo plazo.

El mismo patrón muestran los planes mixtos defensivos (aquellos que incluyen algo de renta variable en cartera, pero con una proporción menor que productos más seguros, como renta fija o monetarios). De un total de 227 productos con un track record de tres años, solo cinco logran batir en rentabilidad a su índice de referencia. A cinco años, hay 205 planes con rentabilidad positiva, pero solo cuatro superan al benchmarck. ¿A diez años, la situación es aún más preocupante, ya que ningún plan ha sido capaz de superar la rentabilidad del índice de referencia¿, indica Fernando Luque desde Morningstar.

La situación no mejora en el caso de los planes de renta variable española. Morningstar encuentra seis productos que baten al MSCI Spain a tres años (sobre un total de 20 planes de pensiones), y también seis planes, sobre un total de 18, que superan a este índice a cinco años. A un plazo de diez años, hay cuatro productos que lo hacen mejor que el benchmark, de un total de 15. Se trata del Futurespaña Renta Variable, el Cajamar Renta Variable, el BK Bolsa EPSV y el Bankia Bolsa Española, aunque solo los dos primeros consiguen superar al MSCI Spain en todos los periodos analizados (3 años, 5 años y 10 años).

4. COMISIONES

Otro de los factores que también impacta en la rentabilidad de los planes de pensiones son las comisiones de estos productos. Aunque suelen ser más bajas que las de los fondos de inversión, estimaciones de la OCDE apuntan a que los planes de pensiones comercializados en España cuentan con los terceros costes operativos más altos de los países desarrollados. En concreto, el coste medio asciende al 1,3%, solo por detrás de Letonia (1,5%) y República Checa (1,3%). Desde el pasado mes de abril, la comisión máxima de gestión que pueden cobrar las gestoras a sus clientes es del 1,25%, por debajo del 1,5% anterior. En 2014, ese máximo era del 2%.