La rebaja de la calificación de solvencia del país austral refleja la erosión de la trayectoria de crecimiento económico de Argentina, las dinámicas de inflación y el perfil de deuda tras los contratiempos en la implementación de su programa de ajustes, señaló la agencia.
En este sentido, S&P considera que los cambios anunciados en la política monetaria y fiscal han contribuido a estabilizar los mercados tras la depreciación de la moneda y la fuga de capitales registradas el pasado mes de agosto, aunque advierte de que la desigual implementación de la estrategia económica del Gobierno en el pasado reciente ha llevado a la agencia a empeorar sus proyecciones para el perfil financiero del emisor soberano, así como para la inflación y desempeño económico en los dos próximos años.
De este modo, la calificadora de riesgos prevé que el PIB de Argentina se contraerá un 2,5% este año y un 0,8% el siguiente, para crecer un 2,5% en 2020 y un 3% en 2021, mientras que la tasa de inflación acabará el presente curso en el 44%, desde donde solo se moderará gradualmente al 25% en 2019.
"La polarización política y la debilidad institucional limitan la eficacia de las instituciones argentinas, creando incertidumbre sobre la estabilidad a largo plazo de políticas económicas clave", indicó S&P, añadiendo que Argentina cuenta con limitada flexibilidad financiera como consecuencia en parte del reducido tamaño de sus mercados domésticos de capitales y la elevada tasa de inflación, por lo que el país depende significativamente del exterior para financiar sus elevados déficit fiscales.
Por otro lado, la agencia indicó que, si bien el plan de rescate del FMI debería garantizar una financiación suficiente hasta después de las elecciones de octubre de 2019, las presiones políticas pueden socavar su correcta implementación. "Confiamos en que el Gobierno logrará aprobar su austero presupuesto para 2019, a pesar de carecer de mayoría en el Congreso", añadió la calificadora.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) amplió a finales de octubre hasta 56.300 millones de dólares (49.412 millones de euros), desde los 50.000 millones de dólares anteriores (43.883 millones de euros), el préstamo a Argentina, autorizando además un desembolso adicional de 5.700 millones de dólares (5.000 millones de euros), que elevaba hasta los 20.400 millones de dólares (17.900 millones de euros) los pagos totales al país austral por parte del FMI desde junio, cuando se aprobaron las ayudas.