La suspensión de pagos de Adveo y la consiguiente congelación de sus acciones en bolsa ha golpeado a pequeños y grandes inversores. Entre los segundos están los partícipes del QMC II Iberian Capital Fund, un fondo de inversión libre gestionado por Alantra y reservado a inversores de alto patrimonio. El capital mínimo para entrar en este vehículo asciende a 50.000 euros, según consta en su folleto registrado ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Los mismos registros del supervisor son los que apuntan que este fondo, auditado por Deloitte y con Banco Santander como depositario, tiene entre sus inversiones un 17,236% del capital de Adveo. Este porcentaje, que le concede un asiento en su consejo de administración se construye íntegramente a través de acciones y no mediante derivados con derecho a voto, se traduce en casi 3,7 millones de acciones de la antigua Unipapel, cartera que a razón de su última cotización en bolsa supone una capitalización de 1,77 millones de euros. No obstante, dado el tamaño del fondo apenas constituye un 3,7% de lo que queda pendiente de desinvertir en este producto cerrado y apenas un 1% de los 225 millones del valor que llegó a obtener antes de haber devuelto ya 177 millones a los inversores, explica la propia gestora. Así, la valoración a cero de esta participación apenas reduciría del 17,2% al 17,1% la rentabilidad anualizada que acumula el fondo desde su creación.
El fondo QMC II Iberian Capital Fund cuenta con cuatro clases diferentes en función del perfil de sus inversores. Entre todas estas suman 29 partícipes, según los datos más actualizados de Inverco. Este vehículo está focalizado en pequeñas cotizadas y persigue batir al Ibex Small Cap. Ahora se encuentra ya en fase de desinversión, de ahí el descenso de su patrimonio, algo que Alantra precisa que no tiene nada que ver con la situación de Adveo y que "se debe exclusivamente a devoluciones de capital a los inversores decididas por los propios gestores en un fondo cerrado de vida limitada". La gestora añade que los partícipes han decidido invertir el grueso de esa suma en el vehículo QMC III de la misma casa, creado como un fondo de estructura abierta.
Al alcance de carteras más modestas, dos fondos de Euroagentes se juegan también una parte de su cartera en el concurso de Adveo. El Euroagentes Bolsa Mixto tiene un 0,11% de su patrimonio confiado a la quebradiza firma de material de oficina, algo más de 1.800 euros, según los datos remitidos por su gestora al cierre del tercer trimestre de este año. El Euroagentes Universal podría ver evaporarse solo un 0,07% de su patrimonio, pero en este caso el importe en juego supera ligeramente los 5.500 millones de euros, según recoge la herramienta Jucaspe.
Sin embargo, el mayor daño a los pequeños inversores ha llegado por la parte de la inversión directa en acciones. Los problemas financieros que Adveo venía arrastrando desde hace meses la habían situado fuera del radar de los fondos: diez tenían el valor en su cartera al cierre del segundo trimestre, mientras que solo tres aguantaban alguna posición al término de septiembre.
ACCIONES: ENTRE EL REGRESO A NEGOCIACIÓN Y PAPEL MOJADO
Las expectativas de que la británica Staples pudiera haber acabado haciéndose con la cotizada española había disparado las apuestas especulativas entre muchas pequeñas carteras. Es así que, según los datos que maneja la propia Adveo, un 50% de su capital está en manos de inversores minoristas sin representación en el consejo de administración. En otras palabras, se juegan más de cinco millones de euros en el concurso de acreedores de la compañía de suministros y materiales de oficina.
Desde máximos anuales, los inversores de Adveo han perdido un 83% de su valor, pues las acciones de la compañía han pasado de rozar los 3 euros a deslizarse por debajo del medio euro. Su último cruce antes de la suspensión, el pasado lunes 12 de noviembre, se saldó a 0,48 euros por título. En 11 meses la cotizada ha perdido 51,2 millones de euros de capitalización. Desde que Staples lanzó su oferta no vinculante, ahora papel mojado, el retroceso es del 44%.
De cómo se resuelva el concurso de acreedores dependerá que los inversores ahora atrapados puedan recuperar parte de capital. Si las negociaciones con los prestamistas o terceras partes no resultan en un acuerdo, podría llegar el abismo de la liquidación y las acciones perderían todo su valor. En caso de pacto, se levantaría el proceso concursal y se restauraría la normal negociación de las acciones en bolsa.
Por ahora, la única posibilidad para deshacer posiciones en cartera pasa por operaciones fuera del mercado oficial regulado, como el mercado de bloques. Estas modalidades de negociación se quedan fuera del alcance de los inversores más modestos, para los que la compañía no ha lanzado ningún programa especial de asistencia. Mientras tanto, se enfrenta a un concurso que abarca 209 millones de euros de deuda cuyo vencimiento han adelantado forzosamente sus acreedores bancarios.