La dirección de la empresa, de la que forma parte el propio Ghosn, aprobó hoy esta medida en una reunión extraordinaria convocada en la sede de Nissan Motor en Yokohama (sur de Tokio), informó la cadena estatal NHK.
La decisión, que deberá ser ratificada por los accionistas del segundo mayor fabricante nipón de vehículos, pone fin al liderazgo ejercido por el directivo francobrasileño durante casi dos décadas en Nissan, un cargo que compaginó con la presidencia de Renault y de Mitsubishi, y como máximo responsable de la alianza formada por estas tres empresas.
El consejo de administración aprobó la destitución de Ghosn por unanimidad tras una reunión que se prolongó unas cuatro horas, así como apartar de sus funciones a otro alto ejecutivo de la empresa, Greg Kelly, quien también habría cometido irregularidades fiscales, dijeron fuentes de la empresa al citado medio estatal nipón.
Ghosn se encuentra bajo detención por haber reportado a las autoridades niponas ingresos inferiores a los que había recibido en realidad, según detalló la fiscalía, mientras que los medios nacionales han ido publicando más detalles sobre sus supuestas infracciones.
El CEO o máximo ejecutivo de Nissan, Hiroto Saikawa, ya adelantó el pasado lunes los planes de destituir a Ghosn como presidente por "malas conductas" que se prolongaron "durante muchos años", mientras que Renault también ha decidido reemplazarlo como principal directivo y Mitsubishi prevé hacerlo la próxima semana.
Ghosn, de 64 años, había ejercido como CEO y presidente de Nissan desde 2001, y en 2005 se convirtió también en director ejecutivo de Renault, asumiendo el liderazgo de ambas empresas de forma simultánea y el mando de la alianza bipartita.
El ejecutivo amplió posteriormente sus funciones a las de principal directivo de la empresa nipona y máximo responsable de Mitsubishi Motors, empresa que se sumó al conglomerado franco-japonés en 2017, aunque el pasado abril dejó su cargo de CEO en Nissan para concentrarse en dirigir la alianza trilateral.
Tanto Ghosn y Kelly permanecen bajo custodia de las autoridades niponas en un centro de detención de Tokio desde el lunes, a la espera de que la fiscalía presente formalmente cargos contra ellos.