En concreto, el precio del crudo Brent baja un 3,5% y recula hasta los 59,1 dólares. Este descenso amplía la caída semanal hasta el 11%, la mayor desde enero de 2016. Se trata, además, de su séptima semana bajista consecutiva.

De este modo, el barril de petróleo de referencia en Europa acumula una caída del 8% en lo que va de año y del 32% con respecto de los máximos de 2018 alcanzados el pasado mes de octubre, cuando llegó a cotizar en 86,74 dólares.

En el caso del petróleo Texas, de referencia para EEUU, el barril cotizaba este viernes en 52,82 dólares, frente a los 54,66 del cierre del jueves. Desde el máximo anual de 76,90 dólares alcanzado el pasado 3 de octubre, el crudo estadounidense acumula una bajada del 31,3%.

Las dudas sobre la ralentización del crecimiento mundial están pasando factura al crudo, puesto que alimentan los temores a un descenso de la demanda que, como años atrás, desemboque en un exceso de oferta que presione a la baja sobre el precio del 'oro nergo'. Al mismo tiempo, y en caso de mantenerse, sus caídas frenarán las presiones inflacionistas y podrían invitar a los bancos centrales a moderar o posponer la retirada de los estímulos monetarios.