La banca española ha realizado un enorme esfuerzo para reducir su tasa de morosidad. En concreto, y según los últimos datos del Banco de España, la tasa de morosidad cayó en septiembre al 6,2% (desde el 13,5% que se alcanzó en 2013). El volumen de créditos dudosos a residentes, sin tener en cuenta la administración, se consolidó en torno a los 75.000 millones de euros en septiembre, frente a los 100.000 millones que rondaba a principios de año.
Detrás de estas cifras están, sin duda, factores como la mejora de la economía y del empleo en los últimos años. Pero al Banco de España le empiezan a preocupar factores como el incremento de la morosidad en la financiación de bienes duraderos, que este año crece a un ritmo del 23%. Además de las advertencias del aumento del crédito al consumo, el organismo gobernado por Pablo Hernández de Cos vigila últimamente muy de cerca las cifras de créditos refinanciados, aquellos en los que las entidades suavizan las condiciones para `evitar¿ un posible impago del cliente.
El economista Joaquín Maudos reconoce que pese al esfuerzo de los últimos años ¿este aspecto preocupa¿. El catedrático de la Universidad de Valencia recuerda que, según datos de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), la ratio de refinanciación del sistema bancario español se situaba a cierre de junio de 2018 en el 4,6%, frente al 2,3% de la media en la Unión Europea. Y pese a que la cifra española ha caído notablemente desde el 8,4% que marcaba en 2015, y del 5,6% en junio de 2017, ¿hay que mirar por qué estamos en esos niveles y, sobre todo, si esos créditos refinanciados esconden algo de mora¿, advierte el experto.
Los datos de la EBA reflejan la `comprometida¿ posición que la banca española ocupa en el ranking europeo por este concepto. Por encima del país solo sobresalen los elevadísimos niveles de créditos refinanciados que alcanzan países como Grecia, donde la tasa supera el 25%, o Chipre, por encima del 20%.
Bélgica, Irlanda y Portugal también superan a España en porcentaje de refinanciaciones sobre el crédito total. Sin embargo, en valor absoluto, la banca española cuenta con 96.500 millones de euros en refinanciaciones. La cifra está muy por debajo de los 205.000 millones de euros que se alcanzaron en 2015 (de los que el 48% eran morosos), pero sigue siendo el mayor importe de toda la Unión Europea y roza un 22,5% del total. Por detrás de la banca española, Italia se sitúa como el segundo país por valor absoluto con unos 66.500 millones de euros en créditos refinanciados, un 15,4% del total.
El miedo de los expertos es que estos créditos escondan, como ya ocurrió en el pasado, una elevada morosidad que se destape en el futuro, a pesar de que el Banco de España cuenta desde hace años con herramientas de transparencia. De hecho, en 2013 obligó al sector a incluirlos en las carteras de los llamados `subestándar¿, créditos susceptibles de convertirse en morosos. ¿Si no son auténticas refinanciaciones, es cierto que pueden convertirse en un problema, pero creo que el Banco de España está hilando fino en este sentido¿, coincide Francisco Uría, socio responsable de servicios financieros de KPMG.
Joaquín Maudos, por su parte, mantiene un mensaje algo más prudente. ¿Aunque no todos los refinanciados son malos, lo preocupante es si enmascaran algo de mora¿, insiste, advirtiendo de que ¿no se pueden enquistar préstamos problemáticos en forma de refinanciaciones¿.