La mayoría de la exposición de los bancos ibéricos a la financiación del BCE se enmarca en el programa conocido con TLTRO II por sus siglas en inglés, que vence en junio, septiembre y diciembre de 2020 y en marzo de 2012 y que tuvo su momento más alto en junio y agosto de 2012, en plena crisis de la deuda soberana.
La agencia de calificación dice que una vez que finalice el programa, la financiación para los bancos será más cara, por lo que apela a que aumenten otras fuentes de ingresos como las comisiones que perciben por sus actividad y por sus negocios de seguros y de gestión de activos.
El impacto del fin del programa, continúa Moody's, será limitado para los bancos ibéricos debido a su amplios colchones de capital y a las emisiones de deuda nueva de largo plazo en los mercados de capitales.
Además, estas entidades continúan beneficiándose del proceso de desapalancamiento de sus balances y de la estabilidad de los depósitos, lo que alivia la presión sobre la liquidez.