Urjit Patel, gobernador del Banco de Reserva de India (BRI), ha dicho basta -en la foto, de Reuters, a la derecha-. Ha presentado su dimisión este lunes. Ha alegado ¿motivos personales¿. Y podría consumarse alguna más. Durante las últimas horas se están sucediendo los rumores acerca de que uno de los cuatro subgobernadores del banco central indio, Viral Acharya -a la izquierda en la foto-, también podría dejar su cargo -se ha dado por hecha su marcha en los medios de comunicación indios, pero un portavoz de la entidad lo ha desmentido-. Estas especulaciones evidencian cuáles han sido las auténticas causas del adiós de Patel: la creciente tensión entre el BRI y el Gobierno del primer ministro Narendra Modi.
Modi entiende que el banco central podría hacer `algo más¿ para impulsar el crecimiento de India, por mucho que la economía vaya a ser la que más crecerá en 2018 y 2019 entre las principales del mundo, con ritmos superiores al 7%. Modi quiere más, porque en 2019 encarará unas elecciones en las que aspira a presentarse con el frente económico y empresarial a su favor. En especial, ha sido insistente en su petición para que el BRI rebaje los tipos de interés, con los de referencia en el 6,5%, y en que sea menos estricto con los bancos para que puedan conceder más préstamos a las empresas.
La tensión se disparó a mediados de noviembre con motivo de un discurso pronunciado precisamente por Acharya en el que realizó una encendida defensa de la independencia de los bancos centrales. ¿Los gobiernos que no respetan la independencia del banco central tarde o temprano despertarán la ira de los mercados financieros, encenderán el fuego económico y lamentarán el día en que socavaron una importante institución reguladora¿, proclamó.
Sus palabras fueron recibidas por el Gobierno de Modi como una provocación, hasta el punto de que amenazó con aplicar un artículo de la Ley de 1934 del Banco de la Reserva de India que atribuye al Gobierno la potestad de apropiarse de las funciones del banco por causas de interés general. Aunque no lo hizo, la tensión ha acabado deparando la dimisión de Patel, un reputado economista que es Doctor por la Universidad de Yale, a la espera de lo que ocurra también con Acharya.
Esta decisión genera incertidumbre en los mercados y se traduce en una depreciación de la rupia india. El dólar se aprecia un 2,2% contra ella, hasta las 72,4 rupias, en su mayor subida diaria desde 2013.
UNA TENDENCIA CRECIENTE
El problema es que el predecesor de Patel, Raghuram Rajan, otro reputado economista y uno de los auténticos profetas de las crisis con las advertencias que venía lanzando desde 2005, tampoco quiso seguir al frente de la entidad por sus desavenencias con Modi. En 2016, declinó seguir como gobernador del banco, cuando apenas llevaba tres años en el puesto, y adelantó su regreso a la vida académica.
Y ese problema tampoco se limita a India. Es más, en 2018 se está convirtiendo en una tendencia creciente. Porque el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, también ha criticado con dureza al banco central turco y a su gobernador, Marut Cetinkaya, por sus decisiones de política monetaria. Y porque el mismísimo presidente de EEUU, Donald Trump, tampoco ha dudado en criticar de manera insistente a la persona que él mismo eligió para presidir la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell.
En el caso de Trump, quebró la tradición de no quejarse en público de la política de la Fed en julio. Y desde entonces lo ha hecho en varias ocasiones. La más llamativa se produjo en octubre, cuando denunció que la Fed se había "vuelto loca" con la subida de los tipos. Por el momento, eso sí, Powell mantiene su hoja de ruta ajeno a estas presiones y, salvo sorpresa, la Fed ejecutará un nuevo aumento del precio del dinero en la reunión de los días 18 y 19 de diciembre.