El plan marcado por el Banco Central Europeo (BCE) en junio sigue en marcha. Como anunció entonces, y pese a la incertidumbre económica, este mes interrumpirá por completo las compras netas de deuda en el mercado bajo sus Programas de Compras de Activos (APP, por sus siglas en inglés). Lo ha confirmado este jueves, en la última reunión de política monetaria del año, y con esta decisión la institución presidida por Mario Draghi pondrá fin a casi cuatro años, desde marzo de 2015, bombeando dinero nuevo en la Eurozona mediante la adquisición de deuda pública y privada en el mercado. En total, con el APP, que ha sido el 'QE europeo' o el programa de expansión cuantativa europeo con el que ha suministrado más liquidez para respaldar el crecimiento, el BCE ha dedicado a las compras de deuda 2,6 billones de euros.
Eso sí, esta decisión no implica que el BCE vaya a retirarse por completo del mercado. Seguirá reinvirtiendo el dinero procedente del vencimiento de los bonos que tiene en su balance, que en 2019 sumarán 200.000 millones de euros. Es decir, ya no creará dinero nuevo con estas compras, pero con ellas sí garantizará una elevada liquidez en la Eurozona.
En este sentido, y para reforzar el protagonismo que tendrán desde ahora, el BCE ha anticipado, en una actualización de la orientación de las expectativas ('forward guidance') sobre su política monetaria, que esas reinversiones se llevarán a cabo "durante un extenso periodo de tiempo tras la fecha en la que el BCE comience a subir los tipos de interés". Hasta ahora, el BCE vinculaba la permanencia de las reinversiones a la vigencia de las compras netas de deuda; desde ahora las vincula a los tipos. Con esta modificación, y aunque Draghi ha precisado que no se ha acordado ningún calendario específico, el BCE quiere dejar claro que, como poco, seguirá en el mercado hasta 2020 y que su política monetaria es aún acomodaticia. Draghi ha subrayado que esta medida ha sido adoptada por "unanimidad".
Y seguirá al menos hasta 2020 porque esa subida de los tipos no llegará pronto. Este jueves, el BCE también ha dejado los tipos de interés en el mismo nivel en el que están desde marzo de 2016, con los oficiales en el 0% y los de la facilidad de depósito en el -0,40%. Y aún seguirán ahí durante un tiempo. "El Consejo de Gobierno espera que los tipos de interés oficiales del BCE se mantengan en los niveles actuales hasta al menos durante el verano de 2019 y en todo caso durante el tiempo necesario para asegurar la continuación de la convergencia sostenida de la inflación hacia niveles inferiores, aunque próximos, al 2% a medio plazo", ha reiterado la entidad en su comunicado oficial.
Con respecto a las reinversiones, el BCE ha precisado que mantendrá la proporción de cada uno de los programas de los que constaba el APP, con el que compraba titulizaciones (ABSPP), cédulas hipotecarias (CBPP3), deuda privada (CSPP) y deuda pública (PSPP). La parte principal corresponde a la deuda pública, porque supone el 82% de los vencimientos previstos para 2019. En este sentido, el BCE ha detallado que seguirá aplicando un principio de jurisdicción -es decir, comprar 100 millones de euros de deuda española si han vencido 100 millones en deuda española-, como ha venido haciendo con las reinversiones de deuda pública que ya ha realizado hasta ahora, aunque la asignación de la cartera se irá haciendo con vistas a que se ajuste con el peso que cada país tiene en el capital del BCE. El proceso hacia este segundo criterio afectará a España porque su peso en el capital del BCE fue revisado a la baja, del 12,5% al 11,97%, en la revisión anunciada la semana pasada.
MENOR CRECIMIENTO
La última cita monetaria del año ha constatado que los tipos en mínimos históricos y las reinversiones de deuda son los pilares de la actual política monetaria del BCE. Y le siguen dando un carácter expansivo. Como el propio Draghi ha defendido en la rueda de prensa posterior a la reunión, "un amplio grado de acomodación monetaria todavía es necesario".
El banquero italiano ha confirmado que los últimos datos conocidos han sido "más débiles de lo esperado". También ha señalado que "el balance de riesgos se ha movido a la baja (a peor) debido a la persistencia de incertidumbres relacionadas con factores geopolíticos, la amenaza del proteccionismo, las vulnerabilidades de los mercados emergentes y la volatilidad del mercado financiero".
Y estas impresiones tienen su reflejo en las nuevas previsiones de la entidad, que ha rebajado su pronóstico de crecimiento para 2018 del 2% al 1,9% y para 2019, del 1,8% al 1,7%. El de 2020 lo ha mantenido en el 1,7% y el de 2021, incluido por primera vez, lo sitúa en el 1,5%.
En cuanto a la inflación, si en septiembre manejaba una previsión del 1,7% para 2018, 2019 y 2020, ahora considerá que se situará en el 1,8% este año, en el 1,6% en 2019, en el 1,7% en 2020 y en el 1,8% en 2021.