Después de un año 2018 desastroso en términos de rentabilidad para todos los inversores, los expertos de BNP Paribas Wealth Management (BNP Paribas WM) anticipan una mejora de la confianza que impulsará los mercados de renta variable. Pero cuidado. La volatilidad seguirá muy presente a pesar de que, a medida que se vayan deshaciendo los riesgos políticos, habrá más oportunidades de inversión.
En este contexto, y con la perspectiva de cambio en las políticas monetarias de los bancos centrales, los expertos consideran que el ahorro conservador debe buscar alternativas más allá de la renta fija para generar mayores rendimientos.
Silvia García-Castaño, directora de inversiones de BNP Paribas WM, se muestra convencida de que “ciertos activos considerados como defensivos y otros no cotizados podrían ser más adecuados para este tipo de perfiles más prudentes”. Entre ellos, destacan las estrategias alternativas a través de fondos de inversión ‘global macro’, una categoría que, a pesar de cerrar 2018 con fuertes pérdidas, puede encontrar oportunidades “ante la normalización de las políticas monetarias, así como el descalaje entre los ciclos económicos de EEUU y Europa”.
Según explican los expertos, este tipo de fondos buscan tendencias en los mercados, ya sean positivas o negativas, para generar valor. Del mismo modo, apuestan por los llamados fondos long/short, en los que el gestor busca rentabilidad apostando, por ejemplo, por la caída del precio de una acción y la subida del precio de otra. Para Silvia García-Castaño, el principal atractivo de estos fondos es que se gestionan con un nivel de riesgo y volatilidad similar al de los fondos de renta fija, “pero con una rentabilidad esperada mayor en el contexto actual”.
La inversión en productos estructurados es otra de las opciones que la firma maneja para sus clientes más conservadores, a pesar de que los mismos implican el uso de instrumentos más sofisticados como las opciones y los futuros. “Aunque sean menos líquidos que otros activos, se pueden utilizar para limitar pérdidas o reducir la sensibilidad a los cambios en los tipos de interés”, explican desde BNP Paribas WM.
Por último, el inmobiliario juega un papel protagonista en las recomendaciones de la firma para este año, especialmente para los inversores que operen en euros. A pesar de que se trata de activos poco líquidos, los expertos ven oportunidades en “propiedades rurales que ofrecen una alternativa para diversificar cartera, gracias a las rentas que generalmente están indexadas al aumento de la inflación, a la vez que ofrecen una apreciación potencial del capital”, explica García-Castaño. Así, activos como granjas, viñedos, bosques o fincas deben de estar en la lista de la compra de este perfil de inversores.
En activos comerciales y residenciales, consideran que, en el caso de una mayor inflación, los propietarios de viviendas tendrían oportunidad de aumentar las rentas, “por estar indexadas a la inflación, que se traslada con un retraso de 6 o 18 meses”.
Fuera del mercado inmobiliario, y para inversores cuya divisa de referencia es el dólar, los expertos de la casa francesa recomiendan bonos americanos con vencimientos cortos, tanto de gobiernos como corporativos, siempre que sean de buena calidad, “con una calificación mínima de A). En este sentido, y para introducir la renta variable en las carteras más conservadoras, apuestan por invertir, a través de fondos o de forma directa, en cotizadas de calidad, con altos dividendos y buenos balances.