El sonoro ‘no’ que los Presupuestos Generales del Estado del Gobierno de Pedro Sánchez recibieron este miércoles en el Congreso de los Diputados incrementa la posibilidad de que el presidente acabe convocando elecciones generales más pronto que tarde. Tan pronto con en abril, incluso. Ante esta opción, el Ibex 35 ya contiene el aliento. Y no es para menos, puesto que los últimos precedentes no pueden ser peores: el índice español ha cerrado en negativo los ejercicios de las cuatro últimas generales, celebradas en 2008, 2011, 2015 y 2016

En 2008, un año marcado por desencadenar la parte más dura de la crisis financiera tras la quiebra de Lehman Brothers en septiembre, el índice español se hundió un 39%. El socialista José Luis Rodríguez Zapatero fue reelegido ese año. En 2011 se dejó un 13%. En las elecciones de diciembre Mariano Rajoy ganó por mayoría absoluta. Y en la secuencia de 2015 y 2016, en la que las primeras elecciones no dieron lugar a ningún Gobierno y fueron repetidas en junio del segundo año hasta desembocar en otra legislatura con Rajoy al frente, el Ibex bajó un 7% y un 2%, respectivamente. Es decir, los cuatro años que han acogido las últimas cuatro elecciones generales en España se han saldado con ‘números rojos’ para el índice. 

Pero esta conexión no siempre ha sido así. Todo lo contrario, puesto que el Ibex, que nació en 1992, se disparó un 54% en 1993, que fue año electoral, con triunfo de Felipe González, y otro 42% en 1996, que también acogió una cita con las urnas, saldada con la victoria de José María Aznar. En los otros dos comicios vividos por el Ibex hubo reparto: en 2000, con mayoría absoluta de José María Aznar, bajó casi un 22% en pleno pinchazo de la burbuja tecnológica, y en 2004, con la primera victoria de José Luis Rodríguez Zapatero, despachó el año con una revalorización del 17%. 

O lo que es lo mismo, en el cómputo global, el Ibex ha vivido ocho elecciones generales, con un balance de cinco ejercicios bajistas y tres alcistas en los años que las han acogido. Con el matiz de que la balanza se ha inclinado hacia el lado de las caídas en los últimos casos. 

LA INCERTIDUMBRE DE LA FRACTURA

Aunque la incertidumbre política ha sido la norma en España en los últimos años, puesto que la legislatura que arrancó en 2016 siempre ha estado envuelta de un halo de provisionalidad y de hecho deparó en 2018 en una moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a La Moncloa, lo cierto es que es la fractura que presenta el escenario político español puede añadir una prima de riesgo política al Ibex en caso de que, en efecto, el Gobierno anuncie el adelanto electoral. La clave no residiría tanto en la propia convocatoria como en lo incierto de los resultados y la posibilidad de que no permitan alianzas plausibles. 

"Si PSOE o Vox comienzan a ganar terreno en las encuestas, el sentimiento de riesgo hacia España podría cambiar"

Como constata Alvise Lennkh, analista de finanzas públicas de Scope Ratings, los últimos acontecimientos, con la polémica en torno al relator en una mesa de negociación sobre Cataluña, la manifestación del pasado domingo y el rechazo final a los Presupuestos, han dejado a Sánchez "en la cuerda floja". Y la salida pueden ser la elecciones. "Se podrían convocar nuevas elecciones para el 26 de mayo (junto con las elecciones regionales, municipales y europeas) en las que una alianza de los conservadores (Partido Popular), Ciudadanos (centro-derecha) y Vox (derecha) podría obtener suficientes votos para formar un gobierno, de acuerdo con las recientes encuestas de opinión", añade Lennkh. 

Por el momento, sin embargo, el mercado permanece a la espera de novedades y este miércoles encajó el 'no' a los Presupuestos con tranquilidad. El Ibex apenas bajó un 0,01% y se mantuvo cerca de los 9.000 puntos y el rendimiento del bono español a 10 años siguió en torno al 1,25%. Bart Hordijk, analista de Monex Europe, atrubye esta calma a que "en este momento no hay un movimiento populista o antieuropeo en el país que sea lo suficientemente fuerte como para llegar al poder y, por ejemplo, proponer un programa de gasto irresponsable o una plataforma para salir del euro". Avisa, eso sí, de que "si PSOE o Vox comienzan a ganar terreno en las encuestas, el sentimiento de riesgo hacia España podría cambiar". 

A su favor, el Ibex puede contar con dos antídotos. Por un lado, la diversificación geográfica del negocio de las empresas que lo componen. Y de otro, la inercia positiva que trae la economía española, de la que este año se espera que sea las que más crezca entre las mayores de la Eurozona, con un crecimiento superior al 2%. Como apunta Álex Fusté, estratega jefe de Andbank, "la demanda interna, las renovaciones de bienes de equipo, el aumento de la renta disponible y la recuperación en el mercado inmobiliario sostendrán el crecimiento en 2019". 

Ahora bien, a un plazo mayor, y en caso de que se repita el escenario de 2015 y 2016, cuando la formación de gobierno se demoró durante más de 300 días y solo fue posible tras dos comicios, España sí correría un riesgo. El de encarar la ralentización económica que ya se observa en Europa y en el mundo sin una política económica definida que aporte la confianza precisa para afianzar la solvencia del país y permitir la refinanciación de la deuda pública. 

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