Wall Street no ha tenido una clara tendencia. Fruto de ello, sus tres principales índices han tenido tres registros diferentes. Este martes, la advertencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) de que recortará sus previsiones económicas para este año una vez más impone un tono más cauto que en las sesiones anteriores.
La encargada de enfriar los ánimos del mercado no ha sido otra que Christine Lagarde, la directora gerente del FMI. Ha adelantado que la institución que dirige rebajará su previsión de PIB mundial por debajo del 3,5% para este año. Un aviso que se ha sumado al pesimismo que ya sembraba una tasa de demanda de bienes duraderos por debajo de su lectura anterior y de la estimación de consenso: un 1,6% ha caído en marzo uno de los termómetros clave de la salud económica de EEUU.
Ante este panorama, el Dow Jones se dejó un 0,3% hasta los 26.179 puntos, mientras que el S&P 500 logra amortiguar el pesimismo y cierra plano, en los 2.867 puntos. El tecnológico Nasdaq logra aguantar en verde con ganancias del 0,25% que sitúan su gráfica en los 7.848 puntos.
El gran protagonista de la sesión ha sido Walgreens, con una caída del 12,8% se hunde a mínimos de los últimos cinco años después de haber comunicado ganancias por acción de 1,64 dólares para su segundo trimestre fiscal, cerca de ocho centavos por debajo de lo que vaticinaba el consenso de los analistas que siguen el valor. Además, la dirección del grupo ha rebajado sus estimaciones para el conjunto del año hasta dejarlas en tablas con el cierre de 2018, cuando hasta ahora prometían trabajar por un incremento de hasta el 12% al término de este ejercicio.
Para contrarrestar ese batacazo en el Dow, la banca logra sumar algo de fuerza después de que la curva de tipos ha logrado recuperar algo de normalidad en las últimas sesiones. La recuperación de parte de la rentabilidad de los bonos estadounidenses a largo plazo se traduce en subidas del 0,47% para JP Morgan, un 0,35% para Goldman, y un 0,34% para Visa.
Peor suerte es la que corren las acciones de Tesla, que se dejan un 1,14% después de que Porsche haya desvelado su nuevo modelo Taycan, que entra en competencia directa con el reciente Model S de la compañía fundada por Elon Musk. Las acciones del grupo alemán negociadas en la Bolsa de Nueva York se apuntan avances superiores al 2% tras desvelar este nuevo vehículo.
Los analistas apuntan a que han empañado los ánimos unos datos más flojos de lo esperado conocidos este martes sobre los pedidos de bienes capitales y las inversiones de los negocios estadounidenses, que hacen dudar de nuevo sobre la salud de la economía.