Apple vuelve a probar el rojo en Wall Street. El gigante tecnológico se apea de los 180 dólares por acción con caídas del 1,7% al cierre a consecuencia del tijeretazo que los analistas de Goldman Sachs han propinado a su precio objetivo a cuento de la guerra tecnológica en la que, de momento, EEUU lleva la voz cantante.

Los expertos de Goldman Sachs han rebajado el techo para las acciones de Apple hasta los 178 dólares por acción, una cota que este jueves lleva a perderse de vista y que suponía un potencial bajista del 2,6% frente al cierre de ayer miércoles. El precio objetivo anterior se situaba en 184 dólares por título, lo que implicaba una cancha alcista de solo el 0,7%.

Entre los argumentos que usan los analistas para justificar este tijeretazo están los riesgos del “debilitamiento en la demanda del iPhone”, el dispositivo estrella de la de Cupertino, y una creciente “presión sobre los márgenes brutos” así como el eventual impacto de “grandes y dilutivas adquisiciones”. En este sentido, no hay que olvidar que Tim Cook recientemente anunció que la cotizada había ejecutado más compras en los últimos meses que en todo el ejercicio pasado.

A tenor del nuevo precio objetivo, Goldman Sachs valora la compañía a una ratio PER de 14,7 veces, que considera más ajustado a los múltiplos que actualmente viene marcando el índice agregado S&P 500 que las 15,3 veces que hasta ahora concedían a la criatura de Steve Jobs.

UNA CAÍDA DEL 29% EN BENEFICIOS POR ACCIÓN

Desde la entidad estadounidense han hecho números y calculan que una eventual prohibición de productos Apple en China, a semejanza del veto que el presidente estadounidense Donald Trump quería establecer en su país para los dispositivos Huawei, se traduciría en un impacto de hasta el 29% de sus ganancias por acción, esto es hasta 3,35 dólares por título de las previsiones de la tecnológica. Un número que está basado en las cifras de ventas no oficiales de la compañía, que además mientras que fueron públicas en ejercicios anteriores no desglosaban cifras para China continental, Hong Kong y Taiwán.

Por lo que se refiere a la cadena de proveedores y montaje de Apple en el país, los analistas de Goldman Sachs no están considerando restricciones en este sentido por parte de Pekín. Una afirmación que justifican en el hecho de que esta decisión “podría tener implicaciones negativas sobre el ecosistema tecnológico de China, así como sobre el empleo”. No obstante, reconocer que una decisión en este sentido pillaría sin margen de maniobra a la estadounidense: “No creemos que la compañía sería capaz de trasladar mucho volumen de producción del iPhone fuera de China en el corto plazo”.

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