El mes de junio se presenta cargado de dividendos. Esta semana ha sido el turno de Acerinox, Viscofan, Tubacex y Lingotes Especiales y para la próxima serán Grifols y Nicolás Correa las que retribuyan a sus accionistas. Para muchos pequeños ahorradores estos pagos son la forma de ir recuperando de forma periódica su inversión.
Pero, ¿qué pasa con los dividendos en un fondo de inversión? A diferencia de la inversión directa en acciones mediante la compra de títulos en bolsa, mediante la que uno recibe la retribución automáticamente, en un fondo de inversión, al tratarse de forma colectiva de inversión junto a más socios, pueden ocurrir dos cosas.
La primera de ellas es que se reinvierta, es decir, que se acumule el valor de dividendo en el fondo, aumentando el valor de la participación y favoreciendo que se incremente la rentabilidad del mismo.
Pero también puede llegar a cobrarse. En ese caso se reparte la cuantía de forma proporcional a su participación a los diferentes inversores. Si se elige una vía u otra depende de la política de retribución del producto, que será la que determine si nos encontraremos entre un fondo de acumulación o un fondo de reparto o distribución.
FONDOS DE ACUMULACIÓN
Un fondo de acumulación es aquel fondo que no reparte dividendos entre sus partícipes porque su gestora los reinvierte en el propio fondo comprando más acciones, aumentando así el valor de la participación de cada inversor. En esta modalidad, para disponer de liquidez, el accionista tendría que vender algunas de sus participaciones, tributando lo que corresponda. Además, las posibles bajadas de las bolsas afectan por igual al capital invertido y a los dividendos reinvertidos.
FONDOS DE DISTRIBUCIÓN
Los fondos de distribución son los que reparten dividendos entre sus partícipes. Los inversores de este tipo de fondos reciben los dividendos de forma trimestral, semestral o anual. El importe que cobran depende de los dividendos repartidos por las empresas que forman la cartera del fondo durante ese periodo determinado y de la cuantía de los mismos.
Tiene varios aspectos positivos. Favorece a la liquidez de los inversores al recibir una renta periódica y modera las posibles pérdidas que pudiese sufrir el inversor en el fondo de inversión como consecuencia de las bajadas que se producen en los mercados.