Natixis intenta salir del embrollo que la pasada semana provocó un desplome en bolsa del 13% en tan solo dos sesiones, ante las dudas de los inversores sobre la liquidez de varios de los fondos de una de sus filiales, la gestora H2O, especializada en renta fija.
Todo comenzó el 20 de junio, cuando los títulos de Natixis se hundieron casi un 11% después de que los analistas de Morningstar manifestasen su preocupación por la liquidez de los bonos corporativos de uno de los fondos de su filial H2O, que invertía en varias empresas respaldadas por el empresario alemán Lars Windhorst. “La concentración de estas inversiones en una serie de empresas vinculadas a un mismo individuo es causa de preocupación”, indicaban los analistas de Morningstar.
El fondo en cuestión es el H2O Allegro, un producto macro global. Y después de caer el viernes otro 2,5% en bolsa, la filial de Natixis ha lanzado escueto comunicado en el que explica que ha vendido una parte de los bonos corporativos sin calificación que mantenía en cartera. “En base a una valoración de los bancos internacionales, ha reducido el saldo en cumplimiento con la regulación, recortando su valor de mercado por debajo del 2% de los activos bajo gestión de H2O”, indica la firma en la nota.
Según informa la gestora, esta reducción “desencadenada por publicaciones de prensa que secaron la liquidez del mercado y ampliaron los spreads de oferta y demanda, los fondos de H2O tendrán un descuento de entre el 3% y el 7%”.
Tras el comunicado, los títulos de Natixis recuperan un 1% hasta los 3,44 euros, insuficiente todavía para alcanzar los 3,99 euros previos al desplome. De hecho, el pasado 12 de junio la compañía perdió los 4 euros por acción por primera vez en el año, una cota que no ha logrado recuperar en estas últimas sesiones.