Diciembre de 2008. Bernard L. Madoff era detenido por el FBI tras meses de investigación por un fraude que finalmente superaba los 52.000 millones de dólares. 150 años de prisión por una estafa basada en un esquema Ponzi con el que el magnate logró engañar a bancos, aseguradoras e inversores particulares.
La estafa se sabía desde hacía mucho antes, cuando el analista Harry Markopolos alertó por primera vez a la CNMV estadounidense (SEC, por sus siglas en inglés) sobre las irregularidades de la firma de Madoff. Pues bien. Una década después, este mismo experto contable ha puesto en su diana a todo un gigante de Wall Street como General Electric.
Aunque el conglomerado industrial ya no es ni la sombra de lo que fue antes de la crisis, la compañía sigue siendo un fuerte componente del mercado. Y los inversores están poniendo ‘pies en polvorosa' sobre el valor después de que el diario 'The Wall Street Journal' se haya hecho eco de un informe de Markopolos en el que el experto advierte de las 'verdaderas' dificultades financieras por las que atraviesa la compañía.
En concreto, los títulos de General Electric se hunden más de un 11% en Wall Street a punto de perder los 8 dólares por acción por primera vez desde abril.
Según el informe, la compañía habría encubierto la profundidad de sus dificultades financieras, con presentaciones inexactas ante los reguladores. El análisis critica las fórmulas contables que General Electric emplea para sus negocios de petróleo y gas, además de advertir que su unidad de seguros necesitaría reforzar sus reservas en unos 18.500 millones de dólares en efectivo
Según el informe, los problemas contables de la empresa ascenderían en total a unos 38.000 millones de dólares, casi el 40% de su capitalización bursátil.
Desde General Electric, por su parte, aseguran que la compañía opera “al más alto nivel de integridad en nuestros informes financieros”.