Italia ha vuelto a situarse en el centro de todas las miradas. Y una vez más no por lo que se esperaba. El día en el que había de votarse la moción de censura en contra del Gobierno de coalición, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ha sorprendido al asegurar que este mismo martes presentará su dimisión ante el presidente de la República, Sergio Mattarella. Un movimiento que, a falta de confirmación, no es el peor de los males y así lo han entendido los inversores.
Esta inesperada dimisión ha llegado como atajo de urgencia a la crisis de gobierno abierta en el país mediterráneo entre el antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y la ultraderechista Liga, a los cuales pertenecen respectivamente el primer ministro Conte y su número dos, Salvini. El segundo había presentado una moción de censura sobre el Gobierno del que él mismo forma parte por entender que la disparidad de criterios en muchas materias hacía imposible la gobernabilidad.
No obstante, tras anunciar su paso atrás, Conte ha pronunciado un discurso muy duro, en el que le acusó al 'vicepremier' de oportunismo y de "irresponsabilidad institucional", al haber desatado un escenario "que ha llevado al país a una espiral de incertidumbre política y financiera", ha señalado. "La crisis en curso socava la acción de este Gobierno que se detiene aquí (...) Aprovecho para comunicar que presentaré mi dimisión como jefe de Gobierno ante el presidente de la República", dijo en su intervención ante el Senado.
El triunfo de la moción de censura hubiera condenado a Italia a volver a las urnas una vez más de manera anticipada, pero ahora este escenario es solo una de las tres posibiidades que quedan abiertas. El presidente italiano puede incluso desestimar la dimisión de Conte y obligarle a intentar limar asperezas con su segundo de a bordo para avanzar más en la legislatura o buscar un nuevo compañero de viaje. En caso de que acepte la renuncia, se iniciaría el proceso para señalar un nuevo primer ministro al que encargarle la composición de Gobierno.
La tercera alternativa sería la de la disolución del Parlamento y la puesta en marcha de la maquinaria para unas nuevas elecciones. Un proceso que como muy pronto podría ser a finales de octubre, algo poco probable. Los analistas señalan, además, que para noviembre debería darse la negociación de Presupuestos, por lo que todo lo que sea evitar este escenario confiere más estabilidad a las instituciones del país y, por extensión a su economía y los mercados.
Ante este panorama, el mercado ha propinado un castigo llevadero a la Bolsa de Milán, cuyo índice de referencia, el Ftse MIB, ha cerrado con una caída del 1,11% hasta los 20.485 puntos.
Igualment, la rentabilidad de los bonos italianos no solo no ha subido, sino que ha vuelto a reflejar la búsqueda de refugio ante las turbulencias y ha cedido hasta el 1,39% (-4 puntos básicos), con lo que la prima de riesgo frente a los 'bunds' alemanes de referencia ha menguado hasta los 208 puntos básicos. Cuando se anunció la moción de censura, la brecha llegó a rozar los 240 enteros.