Wall Street ha estrenado noviembre con rebote y dos de sus grandes índices han vuelto a apuntarse nuevos máximos históricos, como ya apuntaban desde la apertuara. Los inversores encuentran motivos para volver a las compras en los positivos datos de empleo, que han superado con holgura las previsiones de los economistas, así como en las señales de acercamiento a China y el buen tono que en líneas mayoritarias sigue marcando la temporada de resultados corporativos al otro lado del Atlántico.
El dato macroeconómico clave de la sesión está en el informe de empleo de octubre. La tasa de paro en EEUU ha subido una ligera décima hasta el 3,6%, pero la lectura coincide con lo que habían descontado los economistas. Además, a lo largo del décimo mes del año se crearon 128.000 puestos de trabajo en sectores distintos del agrícola, muy por encima de los 89.000 a los que apuntaba el consenso de expertos.
Con este punto de partida, el Dow Jones ha subido un 1,11% hasta alcanzar los 27.347,4 puntos. El tecnológico Nasdaq Composite ha remontado un más generoso 1,13% que, en los 8.386,4 puntos, le ha concedido nuevos máximos históricos. Por su parte, el agregado S&P 500 ha repetido en cotas hasta ahora desconocidas por su gráfica al alcanzar los 3.064,1 puntos con avances del 0,87%.
Los invesores han por alto los avances hacia el juicio político o 'impeachment' contra el presidente Donald Trump. A pesar de que se pueda llegar a celebrar esta investigación, los mercados dan por hecho que el efecto será mínimo en virtud de anteriores episodios de este tipo y el ánimo inversor no se viene abajo. En su lugar, han preferido atender a las informaciones que llegan desde su gabinete apuntando a que el acuerdo comercial con China podrá suscribirse a mediados de este noviembre recién estrenado.
La gigante china del comercio online Alibaba cotiza cuentas. Las acciones de la compañía, cotizadas en la Bolsa de Nueva York, han acabado con un descenso del 0,12% después de conocerse que ha obtenido un beneficio neto de 93.792 millones de yuanes (13.122 millones de dólares) en su primer semestre fiscal, lo que supone un 226,6 % más que hace un año gracias a los ingresos aportados por Ant Financial, empresa en la que el grupo tomó un 33% del capital en septiembre.
Exxon Mobil toma el relevo en el sector de las petroleras con un beneficio de 8.650 millones de dólares en su tercer trimestre fiscal. La cifra supone un 42,8% menos que en el mismo periodo de 2018, a consecuencia de la caída del precio del petróleo, como también se refleja en su facturación de 197.765 millones de dólares, un 9,5% menos que hace un año. Sus acciones han subido un 3% al haber batido previsiones pese a todo.
Sin embargo, Exxon no ha sido la única de su grupo en desfilar por la pasarela de resultados, ya que Chevron también ha hecho lo propio. En este caso, ha publicado un beneficio de 2.580 millones de dólares, lo que supone una caída interanual de algo más del 36%. Se ha quedado por debajo de las previsiones tanto en beneficio como en ingresos, pero ha logrado salir indemne con un minimísimo ascenso del 0,06% para sus acciones.
Dos tecnológicas también se sitúan bajo el foco de los inversores en la sesión de este viernes. La primera de ellas es Netflix, que ha anunciado que a lo largo de este mes de noviembre verán la luz 43 nuevas series de ficción propias. A la espera de estos estrenos, sus acciones han cedido un 0,21%.
La segunda es la fabricante de pulseras digitales deportivas Fitbit, cuyas acciones eran suspendidas antes de arrancar la sesión a la espera de novedades sobre la oferta de Alphabet, la matriz de Google (+1,07%). Estas no han sido otras que la formalización de su puja: 2.100 millones de dólares por hacerse con su control. Este importe se ha traducido en alzas del 15,5% para sus títulos al calor de una prima del 20% sobre su cierre de ayer jueves, y eso que ya se había conocido el posible interés de compra del gigante de Internet, pues se ofrecen 7,35 dólares en efectivo por cada acción.