Ni Powell, ni los datos de inflación ni el avance del impeachment a Trump han logrado animar a los inversores en Wall Street.

El S&P 500 ha cerrado plano en los 3.094 puntos. El tecnológico Nasdaq Composite se deja un minúsculo 0,05%, hasta los 8.482 puntos. Mientras tanto, el Dow Jones consigue aguantar con más entereza y gana tres décimas, hasta los 27.783 puntos.

Ese mejor comportamiento del indice de industriales debe agradecerlo a los títulos de Disney que no solo han liderado el índice sino que se han anotado un espectacular 7,2%. Esta plataforma mediática ha logrado 10 millones de suscriptores en un solo día, lo que ha provocado caídas del 3% en su rival Netflix.

La inflación interanual ha alcanzado el 1,8% en octubre, lo que además de incrementar su registro precedente se sitúa por encima de las previsiones de consenso de los economistas. El repunte habla, según los expertos, de fortaleza en el consumo estadounidense pero también supone una señal de advertencia para la Fed en su ritmo de adopción de políticas acomodaticias.

El presidente de la institución monetaria, Jerome Powell, compareció hoy ante la Comité Económico Conjunto de representantes del Congreso y el Senado estadounidenses, donde ha alertado de que existen "riesgos notables" para las perspectivas económicas del país, aunque se ha mostrado confiado con respecto a que la expansión de la economía se mantendrá.

"Todavía permanecen riesgos notables para el pronóstico. En particular, el lento crecimiento internacional y los desarrollos comerciales han afectado a la economía y plantean riesgos actuales", ha subrayado Powell en una comparecencia ante el Comité Económico Conjunto del Congreso de Estados Unidos.

Dentro del sector energético, una de las protagonistas de la sesión es Chesapeake Energy, que rebota con fuerza después de haberse hundido a mínimos de los últimos 25 años por debajo del dólar por acción. La gasista recupera un 4,8% en la Bolsa de Nueva York a pesar de que la compañía sigue bajo la presión de su último ‘profit warning’, en el que además de informar de pérdidas trimestrales más abultadas de lo esperado, rebajó sustancialmente sus objetivos de negocio anuales.

Todavía en materia de energía, Tesla se coloca en la picota tras el anuncio de su fundador Elon Musk de que su próxima factoría de gigabaterías se ubicará cerca de Berlín, la capital alemana. La compañía fabricante de coches eléctricos ha desestimado finalmente ubicar esta planta en territorio británico al no poder contar con garantías de cómo quedaría su negocio una vez que se produzca el continuamente retrasado Brexit. Sus acciones pierden un 1% en Wall Street.

El rojo de las caídas se apodera de Alphabet, la matriz de Google, después de conocerse que será la siguiente gran tecnológica en lanzarse a ofrecer cuentas corrientes a sus usuarios. El proyecto, que recibe el nombre de Cache, será administrado por Citigroup y la cooperativa de crédito de la Universidad de Stanford, tiene previsto su lanzamiento para el próximo año. De momento, sus títulos de clase A caen un ligero 0,08%.