Golpe encima de la mesa de la Reserva Federal para frenar el contagio del coronavirus en los mercados. En una decisión sorprendente y horas antes de que abran los mercados, el banco central de Estados Unidos ha decidido rebajar los tipos a una horquilla que se sitúa entre el 0% y el 0,25%.
Esto supone rebajar los tipos en un punto porcentual y volver a llevarlos a los mínimos históricos alcanzados durante la crisis financiera.
No sólo eso. La organización que preside Jerome Powell también ha decidido inyectar en el mercado 700.000 millones de dólares. 500.00 millones irán destinado a incrementar la compra de valores del Tesoro, y también las compras de valores respaldados por hipotecas de agencias en otros 200.000 millones de dólares.
Hasta que todo esté bien
Esta decisión viene justificada, según el comunicado que se ha hecho público, por las informaciones que llegan sobre la economía del país. "Los efectos del coronavirus pesarán en la actividad económica a corto plazo y plantearán riesgos para el panorama económico".
Según el Comité Federal de Mercado Abierto los tipos se van a mantener en el 0% hasta que "esté seguro de que la economía ha resistido los eventos recientes y esté en camino de alcanzar sus objetivos máximos de empleo y estabilidad de precios".
Dice también que esta medida "ayudará a apoyar la actividad económica, las fuertes condiciones del mercado laboral de Estados Unidos y la inflación".
La Reserva Federal avisa también de que "está preparada para usar su gama completa de herramientas para apoyar el flujo de crédito a los hogares y las empresas y, de ese modo, promover sus objetivos máximos de empleo y estabilidad de precios".
Acción concertada
Dentro de ese catálogo de medidas se encuentra la facilitación de que los bancos de Estados Unidos soliciten préstamos de la llamada ventana de descuento. Es decir, una ventanilla de emergencia que las entidades pueden utilizar si necesitaran fondos con urgencia.
Otras medidas puestas en marcha incluyen una acción concertada con distintos bancos centrales: el Banco de Canadá, el de Inglaterra, el de Japón, el Banco Central Europeo y el Banco Nacional de Suiza con la intención de inyectar liquidez en el sistema financiero mundial.
Es la respuesta a tres semanas consecutivas de caídas en los mercados, algo que ha generado dudas entre los inversores. Existe temor a una gran quiebra que ponga en jaque el sistema financiero.
No sólo eso, es que en los últimos días el bono de Estados Unidos ya no servía como valor refugio y comenzaba a tener tensiones alcistas.
Efectos inmediatos en los mercados paralelos
Existen varios intermediarios financieros que ofrecen la posibilidad a sus clientes de operar con algunos índices los fines de semana aunque realmente éstos estén cerrados. Esto lo consiguen porque son emisores de CFDs y por lo tanto, bajo su cuenta y riesgo, permiten la contratación aunque no haya referencia del activo subyacente que replican.
De esta manera, podemos ver la reacción que han tenido nada más conocerse la noticia.
Ha sido una reacción alcista de más de 1.000 puntos que veremos si aguanta hasta que los mercado abran en breves minutos...
... Y el efecto duró poco. Tan solo una hora después, el efecto sorpresa de la FED quedó anulado por completo dejando todo preparado para una sesión muy volátil este lunes.
Y es que si para muchos fue una sorpresa que la FED sacase toda su artillería momentos antes de la apertura del mercado, con lo que no contaba es que la firma Goldman Sachs sacase una nota media hora después en la que comunicaba que esperaba una fuerte contracción en la economía de EE.UU. para lo que resta de marzo y abril debido a que tanto las empresas como los consumidores iban a continuar reduciendo gastos y que como resultado de todo ello, el banco espera un agujero en el segundo trimestre del 5%.
Esto es un recorte bestial de su pronóstico anterior del 0%, y la mayor contracción trimestral del PIB desde el pico de la crisis financiera cuando el PIB cayó en un 8,4%.