Wall Street logró un pequeño respiro tras varias jornadas marcadas en rojo. El selectivo logró crecer un 0,95% hasta los 20.088,35 puntos, en una sesión marcada por los primeros datos macroeconómicos en los que empieza a apreciarse el impacto del coronavirus sobre el mercado estadounidense.
El rojo no daba tregua a los futuros en toda la madrugada, incluso a pesar de la artillería desplegada por el Banco Central Europeo (BCE), y los grandes índices neoyorquinos titubean. El Dow Jones llega a moverse por debajo de los 19.500 puntos al perder un 2% en algunos cruces, aunque finalmente cerró ganando casi un 1%.
Mientras tanto, el tecnológico Nasdaq rebotó un 2,3% y consigue echar el lazo a los 7.150,58 puntos. Por su parte, el agregado S&P 500 subió un 0,66% hasta los 2.413,88 puntos.
Dos son los datos que casi comprometieron la remontada este jueves la Bolsa de Nueva York, cuyo parqué físico echa el cierre tras el positivo por infección de Covid-19 de un trabajador y un bróker. El primero fue el dato de nuevas peticiones de subsidios al desempleo, que escala hasta las 281.000 solicitudes esta semana frente a las 211.000 que aguardaban los economistas.
Ajenos a los bancos centrales
Además, el índice manufacturero de la Fed de Filadelfia se contrae bruscamente hasta marcar un registro negativo de -12,7 puntos. Los expertos estaban aguardando una caída hasta los 10 puntos desde la marca precedente de febrero de 36,7 puntos, pero el frenazo ha sido muy superior. Un síntoma más de que la mayor economía del mundo comienza a sufrir los efectos de esta pandemia.
Con estos datos sobre la mesa, los inversores se desvían del hecho de que el Banco Central Europeo (BCE) se haya sacado de la manga y por sorpresa un plan de emergencia para inyectar otros 750.000 millones de euros vía compra de bonos.
Y lo mismo para el enésimo paso al frente de la Reserva Federal de EEUU (Fed) al anunciar un nuevo servicio de liquidez de fondos monetarios para que no sufran cuellos de botella si se producen avalanchas de solicitudes de reembolso. Además, este mismo jueves se han ampliado los contratos 'swap' con otros nueve bancos centrales para facilitar una mayor liquidez en dólares.