Modo 'pánico on'. La encuesta de gestores de fondos de Bank of America, realizada en el mes de abril, ha puesto de relieve las dificultades de la industria ante el adverso entorno provocado por la crisis sanitaria del coronavirus.
Los gestores han decidido por mayoría absoluta poner a resguardo sus inversiones y esperar 'con la pistola cargada' a mejores tiempos y nuevas oportunidades para poner a trabajar su liquidez. En concreto, los niveles de 'cash' en cartera se han disparado del 5,1% al 5,9% en las últimas semanas, la cifra más elevada desde los ataques terroristas del 11 de septiembre en EEUU.
Con este telón de fondo, el posicionamiento ante el mercado es completamente 'bearish' (bajista). Un comportamiento que Bank of America califica como de "pesimismo extremo" entre los inversores.
No es para menos. Las perspectivas económicas no acompañan y un 52% de los consultados anticipa que la recuperación global sera en forma de U, mientras que solo un 15% estima que la salida de la crisis se produzca de forma más acelerada, en forma de V.
De hecho, el 93% de los gestores consultados ve clara una recesión en 2020, anticipando que el mayor riesgo para los mercados sería una segunda ola del Covid-19, que precedería a un posible evento de riesgo de crédito sistémico, según se desprende de la encuesta.
Los gestores temen además que, aunque los inversores ya tienen claro que la recuperación económica será dura y más lenta de lo previsto, el mercado aún no ha ajustado las esperadas rebajas en las previsiones de beneficios empresariales que no han hecho más que comenzar, según anticipa la encuesta.
Ante este escenario, la asignación de los gestores a renta variable es la más baja desde marzo de 2009 y un 79% de los gestores prefieren que las cotizadas destinen todos sus recursos a mejorar su balance, el máximo en 20 años, frente a solo el 5% que prefiere otro tipo de acciones como las recompras o el reparto de dividendos, el menor porcentaje en los últimos 20 años.