Con la miel en los labios. Así se ha quedado el Ibex 35 después de haber atesorado los 7.000 puntos en las últimas sesiones y haber incluso rebasado la siguiente centena este jueves. La falta de contundencia del Banco Central Europeo (BCE) a la hora de definir su músculo frente al coronavirus ha arrebatado esos laureles a un índice que, sin embargo, ha cerrado su primer mes alcista del 2020: en abril sube un 2,02%.
El último cruce de este jueves con sabor a viernes, ya que las bolsas europeas no abren el 1 de mayo por el festivo del Día del Trabajador, ha tenido lugar en los 6.922,3 puntos para el Ibex 35, que ha perdido un 1,89% al cierre. La semana que apuntaba a ser la segunda mejor del año se ha quedado en cuarta, con ganancias del 4,6%.
Los datos macro que han visto la luz a lo largo de la sesión en Europa y EEUU tampoco han jugado a favor del índice. A pesar de todo, el selectivo ha conseguido sacudirse parte del castigo sufrido en marzo, cuando también el BCE provocó un retroceso muy superior al de este jueves 30 de abril.
En cuanto a este punto, la última reunión del Consejo de Gobierno del BCE y el discurso de Lagarde han aportado pocas novedades y, según los analistas, una vez más se ha quedado corta al mostrar su firme compromiso con la integridad del euro y la solvencia económica de la Eurozona. Algo de lo que sí hizo gala la Fed de EEUU en el penúltimo día del mes.
Por si fuera poco, el pronóstico de que el PIB de la Zona Euro pueda caer hasta un 15% este año ha vuelto a llenar a los inversores de temor.
Mejor, pero insuficiente
Los pronósticos de Lagarde, cuyo "lo que sea necesario" ha resultado poco convincente para muchas firmas de inversión, han sido solo la puntilla. La digestión de referencias macroeconómicas se fue haciendo más y más pesada conforme avanzaba la última sesión del mes. La economía española se ha contraído un 4,1% interanual en el primer trimestre, sensiblemente por encima del 3,2% que aguardaba el consenso y en línea con los datos publicados por otros países del Viejo Continente en los últimos días.
Y es que Francia, Alemania, la Eurozona y -una vez más- China también han decepcionado con sus datos. Algunas firmas de análisis comienzan a considerar que la recesión podría ser más abultada de lo que en un principio se había venido descontando y los inversores han optado por irse de puente con las ganancias aseguradas en su bolsillo. Sin pasar por alto tampoco la incertidumbre que implica la entrada de varios países en el complejo territorio de la desescalada del confinamiento y la hibernación económica.
Los bancos, en el foco
En lo corporativo, el foco de del cierre semanal y mensual ha estado en los bancos, que marcaban los bandazos del índice con sus propios vaivenes. Los recortes de consejo inversor que ha tenido que encajar el Santander se han traducido en caídas del 5,9%, mientras que BBVA ha cedido un 5,5% hasta perder los 3 euros por acción tras haber entrado en pérdidas por provisiones en el primer trimestre.
CaixaBank ha cedido un 4,1% tras recortar un 83% su beneficio, mientras que el Sabadell ha conseguido remontar un 1,5% a contracorriente tras convencer al mercados con unas cuentas más sólidas que las esperadas.
La falta de estímulos concretos para la banca europea más allá de más herramientas para facilitar la liberación de capital disponible para el préstamo a empresas y particulares ha castigado con dureza al sector. Bankia ha perdido un 4,7% para alejarse una vez más de la reconquista del euro.
En el acumulado mensual, los mejores son ACS (+32,1%), ArcelorMittal (+24%) y MásMóvil (+19,9%). Los peores, el Sabadell (-20,6%), Acciona (-6,5%) y Red Eléctrica (4,6%).
El bono sí responde a Lagarde
El euro ha seguido ganando terreno al dólar, hasta alcanzar un cambio de 1,096 'billetes verdes'. La brecha refleja que los inversores han calibrado el muy distinto tono empleado por Jerome Powell, presidente de la Fed, y Lagarde en sus respectivas comparecencias de este mes de abril.
En el mercado secundario de renta fija, la prima de riesgo se ha relajado después de escuchar a Lagarde, que en lo que sí que ha mostrado más determinación es en la lucha contra ataques especulativos a la deuda soberana.
El diferencial ha cedido hasta los 134 puntos en el día en que el Tesoro Público tiene que afrontar el mayor vencimiento de deuda de todo el año. La rentabilidad del bono español se suaviza con fuerza hasta el 0,76%, mientras que el 'bund' alemán de referencia cotiza al -0,58%.