Precaución ante todo. La última encuesta entre gestores de fondos de BofA Global Research, correspondiente al mes de mayo, evidencia la prudencia con la que los inversores siguen el impacto de la crisis en los mercados financieros. Solo un 10% de ellos sigue confiado en que la recuperación tenga forma de 'V', mientras que un 75% espera que se produzca en forma de 'U' o 'W'.
La perspectiva provoca que apenas un 25% de los encuestados espere un nuevo mercado alcista en los próximos meses, frente al 68% que prevé que los 'osos' vuelvan a apoderarse de los parqués globales.
Ante esta previsión, los gestores de fondos dispararon la asignación de los bonos globales en sus carteras en mayo a un nivel sin precedentes desde julio de 2009, cuando se vivió la última gran crisis financiera.
Asimismo, hubo un incremento de 10 puntos en el peso de la renta variable en las carteras en mayo, tras sufrir una caída a niveles de marzo de 2009 en abril, y el peso medio de la liquidez de las carteras fue del 5,7%, ligeramente por debajo del 5,9% registrado en el mes anterior, pero todavía muy por encima de la media del 4,7% de los últimos diez años.
Por sectores, en la asignación de activos los gestores continúan mayoritariamente infraponderados en energía e industria, y han dado más presencia en las carteras a activos defensivos, con un máximo en el sector de la salud y las telecomunicaciones.
Beneficios empresariales
La encuesta constata una cierta recuperación del optimismo en mayo por parte de los gestores, ya que solo un 15% de los consultados espera que los beneficios por acción caigan en los próximos doce meses.
Respecto al resto que sí espera un repunte o que se mantengan, es el mayor dato intermensual desde abril de 2001, y la cifra mejora sustancialmente respecto al 63% que anticipaba que los beneficios por acción caerían a un año vista.
A pesar de ello, solo un 7% de los gestores ve oportuno que las empresas devuelvan efectivo a los accionistas vía dividendos u operaciones de fusiones y adquisiciones. Un 73% considera que las firmas deberían mejorar sus balances, por ejemplo, recomprando deuda.
Entre los riesgos a corto plazo, un 52% de los gestores sitúa la segunda ola de contagios de Covid-19 como su mayor preocupación, por delante incluso del resultado de las elecciones de Estados Unidos.
La posibilidad de que el alto nivel de desempleo sea un problema permanente, la ruptura de la Unión Europea y una crisis de crédito sistémica son otros de los principales miedos de los gestores.