La crisis del coronavirus ha puesto en evidencia, una vez más, la necesidad de que las empresas cuenten con un balance financiero. Un objetivo en el que el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) se ha revelado como una pieza clave. Gonzalo Gómez Retuerto, director general de renta fija de BME, explica la evolución y el potencial de esta plataforma.
El experto recuerda que el MARF nació en 2013 como resultado de la anterior crisis financiera “en un esfuerzo por dotar a las empresas de mecanismos de financiación que permitiesen obtener financiación de nuevos proveedores y tener unos balances más resistentes”. En estos seis años, considera que “el MARF ya forma parte del ecosistema financiero”, pues hasta 80 compañías han recurrido a este mercado, de las cuales seis están domiciliadas en Portugal.
Por lo que se refiere a los avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO) que el Gobierno ha decido poner a disposición de emisiones de pagarés en el MARF, Gómez Retuerto explica que desde BME se colaborará con el organismo público para la ejecución, así como para “informarle en la utilización de la línea de avales, reportar todos los procesos de admisión a cotización y exclusión de los mismos y, en general, aportar nuestra experiencia de mercado para el correcto funcionamiento de la línea de avales”.
El experto recuerda que el año pasado se emitieron un total de 10.000 millones de euros en el MARF, lo que arrojó un saldo vivo de 5.200 millones. “En ambos casos, los porcentajes de crecimiento respecto a 2018 fueron de doble dígito”, remarca. En esta línea justifica el señalamiento del MARF “como una herramienta más para proveer liquidez a las compañías”.
“El MARF tuvo un protagonismo en la anterior crisis, también en el periodo entre crisis y, ahora, lo tiene en esta pandemia del Covid-19”, asegura Gómez Retuerto.