La sombra del fiasco no deja de sobrevolar sobre la ‘tasa Tobin’. Al aireado escepticismo de la industria se suma ahora el del presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En su comparecencia ante el Congreso este lunes, Sebastián Albella ha advertido al Gobierno de que “su recaudación puede suponer un reto”.
El discurso de prudencia que hasta ahora había mantenido el presidente de la CNMV con respecto a este tema se quedó a las puertas del Congreso. En su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Económicos de la Cámara Baja ha criticado con dureza varios de los puntos que plantea el texto para la introducción de la ‘tasa Tobin’ que este mismo martes comenzará a debatirse en la referida comisión.
Aunque ha reconocido que “se ha implantado en grandes países europeos y tampoco ha sido un drama”, ha lamentado que España haya dado el paso de fijar este gravamen sin un verdadero consenso en el continente. “Habrá inversores internacionales que a la hora de ver qué costes tiene invertir en compañías españolas -también en francesas o italianas- quizá prefieran invertir en compañías alemanas o austriacas”, ha señalado Albella citando a dos países en los que el tributo no se contempla.
Críticas hasta al nombre
Del mismo modo a criticado el nombre del impuesto, tanto el de ‘tasa Tobin’ por el que es popularmente conocido, como por el oficial de Impuesto a las Transacciones Financieras (ITTFF). “Es un impuesto a la compra de acciones de grandes compañías españolas”, ha criticado en alusión a que, según todo apunta, finalmente solo serán gravadas las ventas netas sobre acciones de cotizadas domiciliadas en España con una capitalización superior a los 1.000 millones de euros.
Por lo que se refiere a los objetivos de recaudación fijados por el Gobierno, sin nombrarlos, Albella ha señalado que el “reto” nace por el hecho de querer gravar las operaciones sujetas con independencia del mercado, plataforma o sistema de negociación en el que se produzcan las mismas. En este sentido, ha aludido a que el rastreo de las operaciones en mercados opacos o fuera del ámbito nacional supone un riesgo añadido.
En este sentido, el presidente de la CNMV ha criticado también que, según está planteado a falta de que se estudien las enmiendas parciales presentadas por el organismo, tiene “escasos efectos redistributivos”, ya que no se discrimina entre invesores profesionales, de corte especulativo o pequeños ahorradores.
En la presentación del informe anual del organismo referido al año 2019, Albella ha reconocido que la operación “que más nos preocupó fue Dia”. El presidente del organismo supervisor, cuyo mandato expira el próximo noviembre, ha defendido que la institución actuó “de forma diligente, aplicando las normas y facilitando la continuidad de la empresa, que estaba en una situación financiera muy delicada”.
Aplauso a la opa de Six
Después, ha reconocido que “la opa de Six sobre BME nos ha dado mucho trabajo, porque no solo hemos tenido que hacer lo habitual, sino que hemos actuado como asesores del Gobierno”. En este sentido, la operación ya se ha saldado con una amplísima aceptación y el presidente de la CNMV subraya que el resultado está “en línea con nuestra preocupación sobre cómo conseguir una unión del mercado de capitales más eficiente en Europa, que no necesariamente implica una mayor concentración”.
Una mención que podría entenderse como una alusión a Euronext, que finalmente decidió descolgarse de la puja por la sociedad rectora de los mercados españoles.
Dividendos y cortos
Por lo que se refiere a la gestión de la crisis del coronavirus y la desescalada, ha señalado que cerca de un 10% de la plantilla de la CNMV ha regresado ya a sus oficinas. Sin embargo, ha señalado que “vamos a mantenernos en esta situación hasta septiembre con no más de un 15% de los trabajadores”. Ha señalado que “no hubiera sentido hacer recomendaciones en general sobre reparto de dividendos porque las cotizadas son suficientemente responsables”.
Además, Albella se ha reafirmado en sus recientes palabras de que espera “no tener que prohibir nunca más” las posiciones cortas. En este sentido, ha defendido su labor de señalamiento hacia compañías en problemas, como ha sido recientemente el caso de Wirecard en Alemania, que ha calificado de “enorme fraude”.