La semana pasada nos hacíamos eco de los problemas que presentaba IAG si no reaccionaba al encontrarse en una zona clave de soporte. El valor aguanta como puede esos niveles, pero el miedo a un rebrote serio en España y viendo que las vacaciones están en juego la cotización no es capaz de levantar cabeza.
Cada vez tenemos más cerca el nivel psicológico de los 2 euros por acción y, dentro de la actual espiral de incremento de contagios, lo más probable es que sigamos acercándonos a ellos con el correspondiente peligro de ruptura. Esto es precisamente lo que hay que evitar desde ya.
Perder ese nivel implicaría un rápido testeo a los mínimos del pasado 15 de mayo en los 1,80 euros. De ahí la importancia de mantener las distancias actuales a la zona de los 2 euros para evitar problemas.
Cotizando a niveles de hace siete años, es el desespero de muchos inversores que entraron el mes pasado esperando pegar un pelotazo al pensar que ya había pasado lo peor y que la acción iba a volver a la zona de los 7,5 euros. Sin embargo, el giro de los acontecimientos en cuanto a la pandemia y de los precios en los 4 euros hace que estén replanteándose la inversión a medio plazo.
Es obvio que volveremos a ver una actividad casi normal en los vuelos, pero el sector está asumiendo grandes pérdidas y el ver que la pandemia por el coronavirus no decrece hace mella en su cotización en el corto plazo. Tanto que aerolíneas como Lufthansa, Air France o KLM han tenido que recibir importantes inyecciones de liquidez por parte de sus correspondientes gobiernos.
Por ello, es un buen momento para recordar la necesidad de planificar la inversión en IAG como una inversión a medio o inclusive largo plazo y realizar pequeñas compras periódicas. No pasa nada tener que esperar un año o dos si vamos a triplicar la inversión por la vuelta de los precios de IAG a los 7,5 euros.
Sin embargo, el camino está lleno de baches e inclusive nos podemos tropezar con una ampliación de capital que nos debe pillar con la liquidez necesaria y el peso adecuado en nuestra cartera para no comprometer la viabilidad ni el riesgo de nuestra inversión.