La incertidumbre por el impacto económico de la crisis del coronavirus sigue muy presente en el ánimo de los inversores, que hoy han lidiado de mala manera con las pérdidas históricas presentadas por Banco Santander derivadas de un ajuste contable que, pese a golpear el resultado, no afectan a la liquidez ni a la solvencia de la entidad.

El banco se ha situado a la cola del Ibex 35 con caídas del 4,2% y jugándose los 2 euros por acción. Su peso en el selectivo dan un giro a las ganancias iniciales y la bolsa española cae un 0,3% que de momento le permite mantener los 7.200 puntos. 

Otros valores bancarios que esta semana presentan resultados, como BBVA y Banco Sabadell, también cotizan con pérdidas, del 3,68% en el caso de la entidad presidida por Carlos Torres, que rendirá cuentas al mercado este jueves por debajo de los 3 euros por acción. Bankia es el único valor bancario que aguanta prácticamente plano tras presentar el martes una caída del beneficio semestral del 64% por las provisiones para enfrentarse al coronavirus. 

Junto al sector bancario, son los valores ligados al turismo los que de nuevo centran las órdenes de venta de los inversores. Meliá, IAG y Aena siguen a Santander en el lado de las pérdidas, con una caída de más del 2,8% para la aerolínea.  

Con el miedo a los rebrotes como telón de fondo, los inversores se apoyan en la ola de resultados de otras compañías para sus compras de la jornada de este miércoles. Acerinox, que ha anunciado una caída del beneficio del 87%, lidera los valores que más suben en el Ibex 35, con avances del 8,7% al cierre hasta los 7,4 euros, seguida de Almirall y Cellnex, que sube un 1,5%.

Por su lado, los principales indicadores de Wall Street borraban las pérdidas de los futuros y giran al verde a la espera del discurso que esta tarde pronunciará Jerome Powell tras la reunión de dos días de la Reserva Federal (Fed). Precisamente, el mercado acogió el martes con especial cautela la decisión del organismo de alargar sus programas de préstamos a empresas y consumidores hasta final de año. 

Un movimiento que tuvo el efecto contrario en el sentimiento de los inversores, que parecen anticipar que el proceso de recuperación económica podría ser más lento de lo esperado en un principio.