La incertidumbre que rodea esta crisis del coronavirus mantiene en alerta al supervisor de la bolsa española. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sigue insistiendo a las gestoras de fondos para que establezcan mecanismos de control de la liquidez en sus productos más vulnerables. Y eso a pesar de que la industria capeó con pericia el pánico vendedor de marzo.
La menor actividad que suele rodear estas semanas de verano en las gestoras de inversión ha sido la ventana que la CNMV habría aprovechado para recordarles la conveniencia de adoptar mecanismos de control de la liquidez. Así lo atestiguan a Invertia varios responsables de algunas firmas del sector que, en mayor o menor medida, se están planteando implantar estas herramientas en los próximos meses.
En la industria se da por hecho que el comienzo del próximo curso habrá un constante goteo de firmas que se sumen a estas prácticas que buscan evitar una crisis de liquidez. Especialmente, explica un gestor, “si los nuevos contagios por coronavirus terminan por provocar otro frenazo de la economía”. Más concretamente, explica, en aquellos fondos que invierten en activos más difíciles de liquidar de un momento para otro.
Los pioneros crean escuela
Este es el patrón que ya se ha venido viendo en los últimos meses, donde especialmente los fondos especializados en renta fija han sido los que más se han acogido a esta práctica que evita cuellos de botella y la penalización de los inversores que mantienen la calma y sus posiciones en momentos de pánico. Normalmente, vendedor.
La herramienta a la que más se ha recurrido y que hasta hace unos meses era un casi completa desconocida para el común de los inversores españoles es la del swing pricing o precio oscilante. Los pioneros en adoptar este mecanismo con más trayectoria en otros mercados fueron los gestores de Bestinver. Desde entonces, se han ido sumando Banca March, Liberbank y la boutique Acacia Inversión, entre otras firmas.
En la última Nota de Estabilidad Financiera de la CNMV, la institución volvía a insistir en la conveniencia de estar preparados ante lo que pudiera estar por venir en esta impredecible crisis sanitaria y económica. Y la clave no está solo en la posibilidad de que llegue otro episodio de pánico vendedor generalizado como el de marzo o peor.
La institución apunta en este documento hacia la amenaza que podría llegar a suponer un eventual recorte de ingresos en las familias más potencialmente afectadas por situaciones como el desempleo. “En los próximos meses, la necesidad de liquidez por parte de aquellos hogares que sean más vulnerables en términos financieros podría generar desinversiones de cierta cuantía en la cartera de activos”, señala la nota.
La amenaza del paro
En previsión de un escenario que en buena medida se ha logrado ir conteniendo a golpe de expedientes de regulación temporal del empleo (ERTE), la institución reconoce que sus trabajos recientes “han estado centrados en las condiciones de liquidez de los activos, en su valoración y en el seguimiento de los reembolsos, manteniendo un contacto estrecho con el sector”.
Por si quedaba alguna duda al respecto de lo que estos movimientos pudieran implicar, el documento es claro. Así, recoge que “la CNMV, además, recordó a las entidades las herramientas de gestión de la liquidez existentes y la conveniencia, en ciertos casos, de valorar al precio bid o de utilizar esquemas de swing pricing”. Por insistir que no quede.
No obstante, este recordatorio ha llegado en tiempos de una relativa calma -aunque tensa- para el sector. En este sentido, el presidente de la CNMV, Sebastián Albella, comentó en un reciente foro organizado por el Colegio General de Economistas que en el pico de pánico del pasado marzo, los esfuerzos de la institución se concentraron en que “los gestores se dedicaran a gestionar adecuadamente y a resolver los problemas que se pudieran plantear” más que a presionar con mecanismos de supervisión y requerimientos.
En cualquier caso, como ha revelado un posterior informe del propio organismo, la situación no fue tan dramática como algunas voces habían querido hacer ver ni en la cresta de los reembolsos. El análisis efectuado por técnicos de la CNMV recurrió a escenarios de estrés más alterados que los manejados por el supervisor europeo ESMA y apenas se pudieron detectar eventuales problemas de liquidez en solo un 3% de los fondos españoles de bonos basura.
Mercados estresados
Una vez más, y a pesar de estas evidencias, la incertidumbre que genera esta crisis hace que toda cautela sea poca. No hay más que recordar la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de vetar cualquier reparto de dividendo, al menos hasta octubre, por parte de todas las entidades bancarias bajo su supervisión.
Y es que, según la referida Nota de Estabilidad la CNMV, los mercados siguen en alerta. Aunque el termómetro de agitación de los mercados ha reflejado “un descenso del indicador general”, las cifras que sigue arrojando están todavía “ligeramente por encima del umbral que determina un nivel de estrés alto”.
Este mismo análisis que aconseja la prudencia de las gestoras a la que vuelve a llamar Albella se repite al observar la evolución del índice Vibex que mide la volatilidad del Ibex 35. Aunque los 22 puntos en los que ahora se mueve tienen poco que ver con los 77 que llegó a rozar a mediados de marzo, todavía quedan muy lejos de volver al entorno de los 10 puntos que marcaba antes de finales de febrero, cuando el entonces llamado virus de Wuhan comenzó a mostrar su destructivo potencial.