Muchos inversores han recaído en que el precio de las acciones de Repsol ha roto la línea tendencial bajista que se inició ante el giro del pasado 8 de junio en los 9,50 euros. Desde entonces su precio se ha depreciado en más de un 32% para acabar viendo su mínimo con el comienzo de este mes de agosto que está próximo a su finalización en los 6,462 euros. 

Sin embargo, más que ver algún tipo de reacción alcista a la caída sufrida previa, el precio de las acciones ha optado más bien por una lateralidad entre dicha zona y los máximos en los 7,294 euros. 

La unión de esa lateralidad con la presencia de la línea tendencial bajista anteriormente comentada es la que ha provocado que con el mero paso del tiempo, el precio de las acciones la haya roto al alza. Pero como he comentado anteriormente, esta ruptura es sin volumen y por lo tanto de manera poco convincente.  

Así que realmente hay que estar atentos a la primera señal de evidencia de posible arranque. Ésta vendría con la superación de los máximos decrecientes inmediatos en los 7,058 euros, pero realmente habría que esperar a una señal más fuerte con la reconquista de los 7,294 euros para entrar seriamente en el valor.