La recuperación va avanzando, pero en la bolsa española lleva un paso muy lento. El Ibex 35 apenas remonta un 15% desde sus mínimos de la pandemia y la mayoría de sus cotizadas aún acumula un importante batacazo. Tanto que cerca de una quinta parte del índice está a tiro de opa si se toma como referencia el precio de las operaciones lanzadas este mismo año.
Incluso ahora, cinco meses y medio después del fatídico 12 de marzo en el que el Ibex sufrió la peor sesión de toda su historia, una decena de cotizadas del Ibex 35 pierden más de un 40% de su valor bursátil. Y hay tres (Sabadell, IAG y Meliá) que incluso pierden más de la mitad de su capitalización en este 2020 del coronavirus. Dicho de otro manera, llevan perdidos más euros de los que ahora valen.
Con este panorama, son muchas las cotizadas españolas que se quedan a tiro de opa de cualquier rival o fondo de inversión que tuviera las suficientes reservas en la caja fuerte o el margen necesario para endeudarse. Aunque la situación ya no es tan dramática como en marzo, cuando el Gobierno tuvo que correr para blindar a las cotizadas de posibles ofertas hostiles extranjeras, muchas han visto poca mejora en sus gráficas de cotización.
Dos operaciones en curso
El descalabro que aún sufren las cotizadas españolas hace que la capitalización de una decena de valores de la cesta del Ibex 35 esté por debajo de los 3.000 millones de euros (Ence, Meliá, Indra, Almirall, Acerinox, Cie Automotive, Sabadell, Viscofan y MásMóvil).
Este es el importe que han rondado las dos últimas opas formuladas sobre cotizadas españolas: BME y MásMóvil. La primera se ha saldado con un rotundo éxito que apunta a exclusión bursátil. La segunda está aún en fase de aceptación.
Aunque esta cifra es solo una marca aproximada, los expertos se decantan por que las operaciones que pudieran producirse sobre compañías españolas serían por cotizadas de mediana capitalización y por cifras modestas. La incertidumbre que sigue generando el efecto de la pandemia sobre la economía hace que, según los expertos, las operaciones de más calado se estén posponiendo hasta conseguir una mayor visibilidad de la fuerza y solvencia de la ahora incipiente recuperación económica.
El director de análisis de Link Securities, Juan José Fernández-Figares, explica que “por lo que ha caído su cotización, sí hay compañías que podrían ser objeto de opas, pero el problema es que en estos momentos la mayoría de las empresas están apostando por consolidar sus negocios y la solvencia de sus balances más que por crecer”. Por eso, considera que será “más a medio plazo” cuando la actividad sobre el mercado español podría ser más significativa.
En este contexto, el director de inversiones de atl Capital, Ignacio Cantos, no duda en apuntar al capital riesgo como protagonista más probable de una operación de este tipo. “Hay muchas compañías baratas. en capital riesgo hay mucha liquidez y los fondos especializados no dejan de levantar el capital que se proponen”.
Las candidatas
Sin embargo, Cantos reconoce que “no son tantos los candidatos de verdad” entre las restricciones del Gobierno en sectores estratégicos que incluirían seguridad (Indra), redes de telecomunicaciones (Telefónica) y energía (Repsol), la falta de visibilidad en algunos sectores industriales y el peso de algunos accionistas relevantes en varias de las cotizadas más depreciadas pero con unas buenas finanzas.
En esta última categoría incluye a Meliá Hotels, que con un castigo acumulado del 54% en el año que ha dejado su capitalización en 827 millones de euros se ha convertido en blanco reciente de inversores bajistas. Donde sí ve posibles operaciones, pero más bien fusiones pactadas, es en el sector financiero.
Fusiones en banca
Aquí coincide con Víctor Alvargonzález, socio fundador de Nextep Finance, que señala que más que por la oportunidad de los precios, estas fusiones bancarias serían fruto de “la necesidad de reestructuración del sector”. Considera que las tan predicadas operaciones transfronterizas seguirán siendo más complejas, porque “Europa se ha vuelto aún más proteccionista”.
Además, el experto en asesoramiento de inversión comenta que el mayor peso de los valores financieros en el Ibex 35 hace que sea “un índice muy analógico”, lo que también le aleja de la mayor actividad corporativa que podría verse en otros indicadores donde las empresas tecnológicas gozan de un peso más significativo.
Otro de los sectores más tradicionales de la economía española es el inmobiliario. Y aquí el analista Aitor Méndez, de IG, considera que sí hay una firme candidata a ser blanco de opa: Merlin Properties. De hecho, ya ha habido rumores en las últimas semanas que colocan al fondo Brookfield como posible comprador de la primera socimi del Ibex 35.
Con una capitalización bursátil de 3.570 millones de euros, la cifra es solo “la mitad del valor de su cartera de activos”, según el experto de IG. Tan suculenta se le antoja la operación al analista que señala que “no se podría descartar que la situación acabe en una serie de opas y contraopas que acaben por elevar el precio de la acción”.
Invertir sin perseguir
Desde Renta 4, la directora de análisis de la entidad, Natalia Aguirre, pone el acento en que no es momento de invertir persiguiendo lluvias de millones, sino de hacerlo “con base en fundamentales independientemente de que pueda haber o no una operación corporativa”. Y es que, más allá del deterioro bursátil de cada compañía, aquí es donde reside la clave sobre su posible recuperación en el parqué y la mayor o menor generosidad que un hipotético comprador podría llegar a derrochar.
“En términos generales, sí que podrían surgir oportunidades en un entorno de bajos tipos de interés durante un periodo prolongado de tiempo, pero también habrá que tener más visibilidad en algunos sectores para saber si el precio que se esté considerando pagar es atractivo o no”, insiste Aguirre en este río revuelto proclive a la compra de compañías a precio de ganga.