El peso de Repsol sobre su propio accionariado marca máximos de los últimos nueve años. La autocartera del grupo petrolero no había sido tan abultada desde 2011. Al calor de su plan de recompra de títulos propios, esta partida ha engordado hasta un 7,149% del capital social.
La marca notificada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) este mismo lunes es la segunda más alta en toda la historia de Repsol. Los registros del supervisor tan solo recogen un nivel superior, en diciembre de 2011, cuando se alcanzó transitoriamente el umbral máximo permitido legalmente del 10% del accionariado. Ahora, la cota se queda a menos de tres puntos de aquello.
Este último incremento de autocartera es el quinto consecutivo que Repsol comunica al supervisor español. Así, la autocartera del grupo se ha multiplicado por casi 12 veces en espacio de dos meses, pues el 20 de julio de este año, justo antes de comenzar a reforzar posiciones sobre su propio capital, la petrolera solo ejercía el control de un 0,599% de sus propias acciones.
Recompras y derivados
La comunicación más reciente enviada a la CNMV explica que dos son los motivos que justifican el incremento desde el 4,859% de autocartera declarado previamente. En primer lugar, el ya mencionado programa de recompra de acciones propias anunciado el pasado 3 de septiembre. En segundo lugar, a la liquidación de derivados mediante una operación celebrada el día 24 de este mes en el mercado de bloques, donde se resuelven las transacciones de mayor volumen que podrían distorsionar el mercado de contado.
Además, la notificación remitida por Repsol también recoge una operación de venta celebrada el 14 de septiembre que ha aligerado suavemente el recuento total. En este caso, la transmisión de un paquete de 160.583 acciones se atribuye a su entrega en el marco del plan de adquisición de acciones en el que participan varios de sus directivos.
Destino: amortización
A razón de los precios de mercado de las acciones de Repsol, la autocartera que ahora aglutina el grupo petrolero alcanza una valoración de 674,35 millones de euros. Sin embargo, el grueso de este paquete está sentenciado a su amortización, como tiene por costumbre la compañía con el objetivo de neutralizar el efecto dilutivo de su tradicional dividendo elección, que suele cosechar una más que amplia aceptación para el cobro en acciones de nueva emisión.
La amortización también es el destino que aguarda a los 73,3 millones de acciones que la compañía aglutinará en autocartera a consecuencia de la liquidación de derivados suscritos con anterioridad al pasado 25 de marzo de 2020. En total, esta será la vía que se aplicará a 98,9 millones de acciones, equivalentes al 6,09% del capital de la sociedad.
De tal manera, descontando esta operación, que la compañía se ha comprometido a ejecutar en un plazo máximo de un mes, la autocartera del grupo quedaría reducida a un 1,059% de su capital social. Entonces se volvería a niveles previos al estallido de la pandemia en Europa, si bien las compras aún deben continuar para cumplir con los objetivos fijados en su lanzamiento.
El programa contemplaba la compra de hasta un 1,45% de las acciones de Repsol hasta el próximo 18 de diciembre. Aunque el montante necesario para este objetivo a precios actuales de mercado ronda los 140 millones de euros, la petrolera ha apartado para este fin un volumen máximo de 227,23 millones de euros.