Si por algo se caracteriza Iberdrola es por promover de la manera más activa posible la lucha contra el cambio climático con la emisión de deuda verde. De hecho, ya en el año 2014 se convirtió en la primera empresa española en abrir el mercado de bonos verdes y fue el mayor emisor privado en el mundo en este tipo de bonos en el 2016 y 2017.
Esto le ha llevado ahora a entrar en el mercado de deuda sostenible del Nasdaq con un saldo en emisiones a cierre del semestre de este año de 11.400 millones de euros.
Y como no podía ser de otra manera, el precio de las acciones lo festeja con subidas desde que el pasado viernes se apoyase en la media móvil de medio plazo dejando un proyecto de martillo que quedó confirmado este pasado lunes.
Desde entonces, tal y como podemos apreciar en el gráfico, el valor viene escalando posiciones con mínimos crecientes sesión tras sesión a la par que se acerca a la importante resistencia del pasado mes de julio.
De hecho, ya está ahí porque realmente el máximo por cierres lo vimos el pasado 21 de julio en los 11,27 euros que es precisamente el precio en el que se encuentra en estos momentos en los que estoy escribiendo este texto.
Sin embargo, aquel día de julio dejó una figura de martillo invertido con un máximo intradiario muy lejano de los precios de cierre que hace que tengamos que extremar las precauciones mientras que no veamos que se superen dichos máximos que están precisamente en los 11,515 euros.
No obstante, creo que tendremos que esperar pocas sesiones para poder averiguar qué es lo que ocurre con esa resistencia y sin duda que hoy cerremos por encima de los 11,27 euros será una señal muy positiva.
Mientras tanto, la única piedra en el camino por la parte inferior vendría con la pérdida de los 11 euros que daría paso a una lateralidad en la que no deberíamos perder los 10,7 euros que es precisamente donde nos encontraríamos de nuevo con la media móvil de medio plazo.