Las bolsas europeas repiten en la senda de las caídas sufridas en la víspera, pero la española pone la voz cantante. El Ibex 35 caía un 2,14% al cierre, hasta marcar mínimos del último mes, en los 6.651,3 puntos. Por primera vez en este periodo vuelve a descolgarse por debajo de los 6.700 puntos.
La proliferación de medidas de vuelta al confinamiento y los débiles datos de empleo se combinaban con un plan presupuestario trufado de subidas de impuestos que borraba por completo el intento de rebote de la apertura. Una remontada frustrada que dominaban los mismos valores financieros que terminaban la sesión en rojo.
El primer golpe al mercado español llegaba en la misma apertura, con una tasa de paro más abultada de lo que venían previendo los economistas. La Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre del año desvelaba que un 16,26% de los españoles está en situación de desempleo, lo que rebasaba con holgura el 15,9% que vaticinaban los expertos.
Después, la huida inversora se consumaba conforme la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, iba desgranando su proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE). Las subidas de impuestos a las rentas más altas y las grandes empresas, así como la instauración de nuevos gravámenes caía como plomo fundido sobre la bolsa española.
El giro hacia las ventas ha sido tan abultado que incluso Banco Santander se ha quedado sin aplauso para sus cuentas. Los avances de más del 4% de primera hora se convertían en caídas del 1,5% al cierre. Y eso que la entidad presidida por Ana Botín triplicaba sus beneficios en el tercer trimestre y haber reducido a 9.048 millones de euros las pérdidas acumuladas en el año.
La promesa de que, siempre que las autoridades financieras lo permitan, repartirá dividendo en efectivo a partir del año que viene, se quedaba en poco frente a medidas como, por ejemplo, la exención de tributación por dividendos de filiales. Las ganancias del 3% que conseguía BBVA se convertían en descensos del 1,2% mientras los inversores esperan sus propias cuentas, que verán la luz este viernes.
Solo Siemens Gamesa, un leve 0,12% arriba, lograba apuntar al alza con algo de contundencia. Un poco más, con subidas del 0,55%, repuntaba PharmaMar, que sigue en la lucha por encontrar un tratamiento eficaz frente al coronavirus con su Aplidín.
Al otro extremo, el castigo a los valores más vinculados al turismo se repetía una jornada más. Amadeus cedía un 5,8%. Sin embargo, la peor parte se la llevaba Bankinter, un 6,3% abajo. Y entre ambos valores, Cie Automotive cotizaba sus propias cuentas con caídas del 6,2%.
El castigo no era tan profundo pero sí determinante en las dos socimis del índice español de referencia. Colonial y Merlin Properties se hundían a mínimos históricos una vez que el Gobierno confirmaba que el proyecto presupuestario para el próximo ejercicio incluye el control al precio de los alquileres y un gravamen del 15% para los beneficios no distribuidos como dividendo por este tipo de empresas.
Por el mercado secundario de deuda soberana, la prima de riesgo se mantenía estable en los 76 puntos básicos. El bono español a diez años marcaba tipos del 0,17% frente al -0,59% en que echaba el ancla el 'bund' alemán de referencia en Europa.